1. El maravilloso trasero de Avelina


    Fecha: 24/12/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... permitía vislumbrar en la recamara, así que podría ser un ambiente cómodo para ella, por ser la primera vez que íbamos a intimar, sin embargo, la luz del buró la dejé encendida, con la finalidad, que cuando mi chica llegara de su ducha, poderle ver con buena luz ese trasero majestuoso, pero no sabía cómo iba a llegar, tal vez solo con la toalla, o en algún pequeño short y playera, la verdad no me imaginaba como se iba a presentar.
    
    Me senté en la cama y apagué el televisor, y en lo que ella se duchaba, me puse a ver en mi celular algunas imágenes de pornografía de penetración anal, lo cual me excita mucho, como ya les había comentado, a mí me encanta el sexo anal, como también me excita mucho chuparles el culo, independientemente de que la mujer me deje o no cogerla analmente, yo siempre les doy unas muy buenas mamadas de culo, y en el caso de saber que tendré sexo anal, me gusta lubricar y dilatar bien el ano, para posteriormente cogerla, aunque de todas las mujeres con las que he estado, son pocas las que disfrutan de ser cogidas analmente, siempre hay una baja probabilidad de que alguna mujer le guste el sexo anal, así que sabía que eso no se iba a dar esa noche y menos a la primera.
    
    Aun me sentía nervioso, con cierta ansiedad, pasaron cerca de veinte minutos cuando escuché abrirse la puerta del baño, sabía que mi chica ya había terminado su ducha, se quedó unos minutos más en el área de lavabo, y fue entonces que la escuché venir.
    
    Yo seguía sentado en la cama ...
    ... desnudo, solo tenía en mi regazo, la toalla que había usado para ducharme cubriendo mi verga, mi nerviosismo se disparó cuando pude verla llegar, traía la toalla alrededor de su cuerpo, desde las tetas, hasta un poco más abajo de las nalgas, se dirigió a la mesa para dejar su neceser y en una silla puso la ropa del día, por lo cual me dio la espalda, y con la buena luz que me proveía la lámpara del buró, pude ver que la toalla apenas le cubría su redondo trasero, vaya, la toalla le quedaba como si fuera una minifalda exageradamente corta, le podía ver los pliegues de las nalgas, los tenía muy bien marcados por lo nalgona que estaba, que tentación me daba esa mujer, se dio vuelta hacia a mí, frotando en su cabello una toalla extra con la finalidad de secarlo.
    
    Yo la veía como un lobo podría ver a una oveja, no podía creer que ese manjar iba a ser mi cena, comenzó a caminar hacia mí, mientras seguía secando su cabello, hasta que se detuvo delante de mí, en medio de mis piernas, entonces puse mis manos entre su cintura y sus caderas, pero sobre la toalla que usaba para cubrirse, levante un poco mi cara para verla a los ojos, y me miró mientras continuaba secando su cabello, ofreciéndome una pícara sonrisa.
    
    Así nos quedamos un breve momento, afuera se escuchaba la lluvia, además de algo de viento, fuera de eso, en la habitación había silencio total; cuando Avelina terminó de secar su cabello, se dió media vuelta, regresando a la mesa que estaba a una distancia de algunos cinco ...
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