1. Visito Ciudad de México para ser dominada


    Fecha: 15/10/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Victoria hyuga, Fuente: CuentoRelatos

    Este es el primer relato de uno de tantos en los que iré relatando las experiencias que he tenido con mi compañero de vida. Henry.
    
    Lo conocí en la preparatoria yo 16, él 15, vivíamos en una ciudad chica pero muy linda, ese tipo de lugares en los que todos se conocen, en el que no hay tal cosa como el anonimato, lo que en ocasiones es bueno (si quieres ser político) o malo (si eres una puta como yo). Al principio me caía muy mal, era un tipo arrogante, pesado, con un humor negro, popular, con una sonrisa que encantaría a cualquiera (gracias a que es un descendiente de los esclavos de la isla "La Española") una gran labia y una insuperable habilidad para hacer amigos y enemigos. De ese tipo de personas magnéticas, un imán de polo negativo que siempre atrae lo positivo y repele a sus iguales.
    
    Naturalmente me atrajo, un tiempo fue novio de una amiga cercana, posteriormente nos volvimos mejores amigos y mucho tiempo después, tras una serie de afortunados y desafortunados eventos, formalizamos nuestra relación que continúa aún después de haber finalizado nuestros estudios universitarios.
    
    Una de las virtudes de Henry, quizá la mejor de ellas, lo llevó a volverse un muy buen abogado y en la búsqueda de la realización profesional migró hacia la Ciudad de México, para probarse a si mismo que podía codearse con los mejores. Cosa que puso a prueba nuestra relación, pero como dice la canción de los Auténticos Decadentes, juntos hemos pasado más de un temporal.
    
    Tenía más de ...
    ... dos meses sin verlo, lo extrañaba muchísimo. Todos mis juguetes sexuales no satisfacían mis necesidades, necesitaba ser azotada, amarrada, penetrada, asfixiada, amordazada y demás.
    
    Necesitaba que me trataran como una perrita, o mejor dicho, como la puta que soy, como la putita en que me convirtió. Así que un fin de semana, de esos que en México llamamos puente, tomé mis maletas y fui a visitarlo para que me dominara.
    
    Estuve cuatro días con él, y ninguno de ellos me había cogido como a mi me gusta. Comencé a enfadarme, evidentemente, había traído todo mi kit sado para nada. Se aproximaba la hora para mi retorno y Henry todavía no me había culeado de la forma en que me había fanatizado, al fin que me di por resignada y me quite la ropa quedándome sólo en ropa interior para irme a bañar, me cubrí con la toalla para salir del cuarto y Henry se me acercó con su mirada de coqueto y travieso que me derrite, tal que me retiró la toalla y me empezó a besar. Y al fin, con su voz de autoridad comenzó mi sumisión.
    
    -ponte de rodillas
    
    - si amo
    
    Saco el collar de una de las maletas y me lo colocó, me amordazó y me ordenó ponerme en cuatro. Yo obedecí sin dudarlo por un segundo y comenzó a tocarme el culo, estaba acostada sobre sus piernas, como una chiquilla a la que están a punto de castigar, de repente sentí algo muy húmedo cerca de mi ano... me había puesto lubricante y ya sabía hacia donde iba a tomar rumbo lo que seguía, justo lo que quería.
    
    Comenzó a latiguearme y yo ...
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