A propósito de simbiontes
Fecha: 31/12/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos
... si, por andar de puta, infectaste a mi marido! –le grité airadamente.
–Cálmate, te pregunté porque, después de muchos años que no hacía el amor, hace una semana que vino Saúl a ayudarme con un asunto…
–Sí, te conozco, ¡mosca muerta!, siempre dices “es que yo no puedo” y lo que quieres es tenerlo cerca –la interrumpí.
–Déjame terminar. Además, sabes que tu marido y yo hemos cogido, al principio fue por consolarnos pues tú le dijiste que no lo querías y yo sí. Lástima que no se divorciaron. Hace muchos años que no lo hacíamos y, el otro día, al tenerlo tan cerca…
–¡Te lo tiraste, que para eso es! ¿Verdad?
–Sí, yo lo amo desde entonces y sé que no le soy indiferente, pero te ama más a ti. ¿Me vas a dejar terminar? – me preguntó.
–Continúa, puta… –le dije con toda mi mala leche.
–Aunque no lo creas, además de mi exmarido y Saúl, sólo hubo uno más, pero no me satisfizo ni en la cama. Compara: ¿tres contra cuantos cientos? –preguntó tapándome la boca, y es que sí han sido más de cien, pero no llegué a doscientos…
–Volvamos a lo que estábamos –dije para no salir de pleito.
–Bien, hace rato fui a ver al médico porque tenía el clítoris y los labios interiores hinchados y con comezón. Él me dijo que tomara un antibiótico que me recetó y que también lo tomara mi pareja.
La plática siguió más calmada, pero yo estaba molesta y asustada. Anoté el nombre del medicamento y en la noche, en lugar de besos ...
... y caricias, hubo gritos y arañazos míos, y risas de Saúl.
Al día siguiente, mi marido fue a ver a Regina y ambos fueron con un médico, amigo de Saúl. Le tomaron una muestra a Regina y a los pocos días estuvo el resultado del cultivo: Vaginosis causada por un desequilibrio en la flora bacteriana que habita la vagina. Recomendación: Debido a la baja frecuencia de relaciones sexuales y que ya está más allá de la menopausia, debe usar protección cuando haga el sexo. Esto último, también dirigido a Saúl.
Cuando le pregunté a Saúl si ya había comprado el medicamento, me contestó: “No, no es necesario”, y me contó lo que acabo de explicar. “Puedes seguir cogiendo con los de siempre, fueron nuestros simbiontes los que a ella le causaron problema".
– ¿Te la vas a coger otra vez? –pregunté.
–Le haré el amor todas las veces que me lo pida, siempre con condón… –me contestó y le di una cachetada.
Saúl se carcajeó, me levantó la falda y me quitó los calzones para penetrarme. “Y a ti también, cada vez que tú o yo queramos”. Mi enojo fue desapareciendo y le grité “¡Vente, amor, a mí no me pasa nada!
Al día siguiente, ya digerido el enojo y reflexionando más, le hablé a Regina, para disculparme por lo que le había dicho y agradecerle su interés por mi salud. “Si vuelves a invitar a mi marido para que te haga el amor, no olvides ponerle un condón”, terminé diciéndole de manera conciliadora, aceptando que Saúl la ama.