Verano del 84 (Capítulo 4)
Fecha: 20/01/2024,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos
... Susi, y una grata sorpresa. Me confirmaron un turno en el médico a primera hora de la mañana, por lo cual iba a estar básicamente suelto todo el resto del día en la ciudad. Susi llegó puntual con un frasco en la mano.
- ¿Qué es eso Susi?
- Aceite para bebés. Lo usan para Facu – Facundo era el hermanito bebé de Susana.
- Ah, ya te agarré la idea.
Nos desvestimos y empezamos a tocarnos el uno al otro. Ya recuperado, mi amigo reaccionó con presteza. Decidimos probar la segunda variante que había intentado con Cami, pero puse una toalla bajo mi cola para contener al aceite, que Susi vertió abundante sobre mi verga. Se montó arriba mío y comenzó a mover su pelvis hacia adelante y atrás. La sensación que agregaba el aceite era genial.
- Muy bueno lo del aceite Susi. No sabés que lindo se siente, y siento el calor de tu concha que me quema. – le dije al tiempo que jugaba con sus pezones.
- Ahh, si esta buenísimo. Mirá, ahí cuando me empuja el clítoris de atrás me mata. – decía al tiempo de lo frotaba específicamente sobre mi glande, lo que me provocó un espasmo. – Pará, todavía no.
- ¿Te falta?
- No, pero está muy bueno, sigamos un rato. ¿A ver esto? – Se recostó hacia atrás, hasta que pudo juntar sus muslos, con mi verga atrapada en su entrepierna, y comenzó a mover las caderas hacia arriba y abajo.
- Espectacular.
- Si – dijo entre jadeos y alguna risa – pero es como un ejercicio de gimnasia muy difícil. – Se cansó en breve y se sentó - ¿Cómo es ...
... que casi se la metés?
- Jugamos un poco en la entrada. Pero yo acabé.
- Confió en vos como nunca, ¿Eh? – me dijo mirando fijo. Asentí, y miré alrededor.
- Ahí, sentate contra el respaldo de la cama.
Le puse dos almohadas bajo la cola, para que me quedara más alta. Me arrodillé con las piernas abiertas, y le froté con mi cabeza en su vulva hacia arriba y hacia abajo. Agregué un poco de aceite, más por la adrenalina que por necesidad, y acomodé el glande en su entrada. El calor y la suavidad húmeda que sentía en la punta invitaban con la fuerza del instinto más primario. Entro, probablemente un par de centímetros, hasta que Susi con su mano me indicó “hasta ahí”. Se empezó a frotar el clítoris y yo a pajearme apenas moviéndome. Poco más nos hizo falta a ambos. Susi estalló. Cerró sus piernas y se estremeció con violencia. Yo zafé mi cabeza hacia arriba y disparé sobre su vientre y lolas.
- Uau Susi – le dije cuando recuperamos el aliento. – Lo que se debe sentir adentro.
- Ya sabes que no es conmigo, ni yo con vos.
- Hola linda – dije con voz acaramelada cuando pude conseguir la comunicación y su madre me la pasó.
- Hola Jojo. ¿Cómo estás?
- Muy Bien. Antes de que se corte, el jueves tengo que ir a Buenos Aires al médico. Termino a eso de las 11 y tengo que esperar a la tarde hasta que me traigan de vuelta. ¿Te parece que nos veamos?
- ¡Si, seguro! ¿Dónde nos encontramos?
- ¿Te parece en Callao y Córdoba a las 11 y media? Te queda la estación de ...