Una madre muy puta, con mi amante y mi hijo
Fecha: 02/08/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: morbocuentos, Fuente: CuentoRelatos
Enrique me había venido a visitar como lo hace todos los viernes, nos tomamos unas copas y como cada viernes, lleve a Enrique a mi alcoba, lo senté en el pequeño sofá y me hinque entre sus piernas y comencé a desabrochar su pantalón, hasta que su verga apareció, la tome con mi mano y comencé a acariciarla, aún estaba algo encogida, así que lentamente la fui frotando hasta que adquirió un tamaño considerable, cientos de veces he visto la verga de Enrique, pero no deja de gustarme, su piel morena me fascina, y la manera en que sus venas se le marcan me enloquece, la continué acariciando durante algunos minutos más, hasta que se puso completamente dura, como a mí me gusta, acerque mi cabeza hacia ella y lentamente separe mis labios y comencé a tragármela y de inmediato un calor inundo mi boca, lentamente comencé a subir y bajar mi cabeza, y después de unos segundos, aquel pedazo de carne se puso bastante duro, parecía como si me estuviera tragando un pedazo de metal caliente, la saque de mi boca durante unos instantes, la sujete con mi mano y la sacudí un par de veces más, y después pose mi lengua sobre sus genitales y comencé a subirla lentamente, tratando de recorrerla por completo, para ese momento, Enrique había reclinado su cabeza en el respaldo del sillón, se veía que lo estaba disfrutando tanto como yo, continué tragando su verga durante unos minutos más, en ocasiones sentía que me atragantaba y la sacaba de mi boca unos instantes, tomaba aire y la volvía a tragar, ...
... pero de pronto, escuche como se abría la puerta, mire de reojo y alcance a ver a mi hijo observándome fijamente, subí mi mirada para ver si Enrique se había dado cuenta, pero no, el seguía con los ojos cerrados, disfrutando de mi boca, voltee de nuevo y me di cuenta que mi hijo se estaba tocando, era de esperarse, a sus 18 años, con la hormona a flote, y ver como su madre disfruta de sus amantes, que se podía esperar, así que lo deje mirar y continué lamiendo aquel hermoso pedazo de carne, sinceramente no podía parar, estaba ya tan duro y caliente, que después de unos minutos, Enrique comenzó a gemir y de pronto, sentí como su caliente semen inundaba mi boca, varios chorros se impactaron contra mi paladar, comencé a ahogarme, pero tengo bastante experiencia en esto, así que solo me quede quieta, me relaje y comencé a tragarlo lentamente, sentía como resbalaba por mi garganta y llegaba hasta mi intestino, como si se tratara de miel caliente, instantes después, el miembro de Enrique se fue apaciguando lentamente, comencé de nuevo a subir y bajar mi cabeza, hasta que aquel enorme pedazo de carne fue perdiendo fuerza, lo saque de mi boca, le pase la lengua un par de veces hasta dejarlo limpio y le dije a Enrique que me esperara, el solo contesto con un gemido, me levante y mi hijo ya no estaba, limpie el semen que escurría por mi barbilla y salí de mi alcoba, entre a su cuarto, la luz estaba apagada, pero alcance a distinguir que estaba en su cama, camine hacia él y me senté en la ...