1. La secretaria y yo


    Fecha: 05/02/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Jorge R, Fuente: CuentoRelatos

    Es tarde, me dice, pero te deseo, no sé cómo llegamos a esto, quiero más de ti, me susurra Verónica ya teníamos un par de horas en el hotel y ella tenía que llegar a su casa, había que preparar la cena y aún no sabía que iba a prepararle a su marido para la tarde-noche al fin ni tarde ni perezoso me lancé nuevamente sobre ella, ya habíamos como dicen los chavos “echado un rico y prolongado palo“ le había mamado su conchita ella me hizo lo propio se deleitó con mi miembro, saboreé sus ricos y grandes pezones, le penetre su vagina y estuve bombeando hasta que la hice acabar un rico olor invadía el cuarto del hotel sus orgasmos eran deliciosos normalmente cuándo terminamos juntos me recostaba a un lado de su panochita me gusta ese olor que emana desde sus adentros, pero en este caso yo no había terminado.
    
    Se recostó sobre su brazo izquierdo dándome la espalda estaba cansada, el solo hecho de verla de lado totalmente desnuda y con ese hermoso trasero a mi disposición no me vino a la mente más que darle por su culito, aún mantenía el condón puesto y una erección bastante dura me fui recargando en su espalda y acercando mi verga a sus nalgas las fui abriendo poco a poco con mis manos.
    
    En el instante que vi ese pequeño agujerito apunté mi miembro y empecé a empujar ella sintió la acción y reaccionó.
    
    -¿qué haces?
    
    -Quiero culearte le dije simplemente.
    
    -si está bien -me contesto- pero estaba descansando de lo de hace rato, tú no terminaste -me pregunto a lo que señale ...
    ... mi miembro- ya veo que no ummmh, está bien si me gusta por ahí, pero debo estar caliente.
    
    -Eso es fácil ponte en cuatro.
    
    Me coloqué atrás de ella puse mi verga acostada entre sus nalgas se veía bonito el cuadro parecía un pan abierto con su respectiva salchicha, solo faltaba la capsup.
    
    Empecé a acariciar su vagina suavemente sentía esa húmeda que se siente en una mujer que quiere ser penetrada, llegue a su clítoris y empezó a bufar (perdón por la palabra) no sé si iba a terminar otra vez, pero no, ahora no, con mi mano libre apunte la cabeza de mi verga a ese tan deseado hoyo era un poco incómodo porque yo no soltaba su vagina y acariciaba su botoncito dorado, hábilmente con una de sus manos dirigió mi verga a su culo.
    
    Verónica es una mujer de 36 años tiene un hijo, pero mantiene un cuerpazo precioso delgado sin llegar a ser flaca corre a diario antes de ir a trabajar y a veces por las tardes hace yoga dos o tres veces por semana junto con su hermana menor (de 30 años) y soltera por cierto.
    
    Así que esa maniobra de sostenerse con una mano y la otra guiando mi miembro no se le dificultó para nada, entonces ya con mi mano libre me aferré a su cadera y empecé a taladrar ese hoyito, ella volvió a poner sus dos manos sobre el colchón y yo las mías sobre su cadera es indescriptible la sensación cuando por fin mi verga le quitó el apodó de chiquito a su trasero.
    
    Después de unos minutos de intensos movimientos llegamos al clímax me recargue de su espalda descargando ...
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