Le fui infiel a mi novio con un actor porno en un colectivo
Fecha: 13/02/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Martina Paz, Fuente: CuentoRelatos
... monstruoso que hizo que mi conchita empiece a humedecer. Me la comí entera. La escupí varias veces mientras chupaba y pajeaba. Me animé a probar esas bolas y estaban riquísimas. Solo una ya me llenaba la boca entera. Él no dejaba de mirarme, cosa que me calentaba todavía más.
─Nena, voy a acabar ─dijo entre gemidos y en susurro.
─Sí papi, dámela toda ─respondí y lo pajeé con más intensidad.
Luego de un minuto su pija estalló en mi cara, bañando mi boca y mis tetas en un caudal de leche impresionante. Saboree cada gota, para luego volver a chupársela y dejarla seca y limpia como al principio. Como al principio, también, seguía totalmente dura. Me acerqué a su oído y le dije.
─Papi, quiero sentirla adentro mío. ¿Me coges?
Como respuesta, tiró el asiento hacia atrás lo más que pudo. Me senté sobre él, de frente. Una vez que tuve toda la pija adentro, me recosté sobre él y empecé a moverme despacio. Levanté su remera, para que pueda sentir el roce de mis tetas en su pecho. Él me tomaba de las piernas, ayudándome a cabalgar. La sensación de tener esa hermosa pija adentro mío era increíble. Tanto, que mi primer orgasmo llegó casi al instante. Al sentir como su pija era bañada por mis jugos, su calentura llegó a limites extremos. Me pidió que me levante y me hizo sentar sobre su pija, pero de espaldas a él. La sensación de ver desde atrás a todo el colectivo, mientras me cogía, fue tremenda. En cualquier momento cualquier pasajero podía pararse, mirar hacia ...
... atrás y vernos. Esto, en vez de atemorizarme, me calentó más, por lo que mis sentadas sobre su pija se hicieron más rápidas y violentas.
No sé cuánto tiempo pasó. Estaba como en otro mundo, cuando me tiró hacia atrás y, al oído, me dijo que iba a acabar de nuevo. Volví a la posición anterior y lo cabalgué con mucha más intensidad, mientras él me tomaba con fuerza por la cintura. A pesar de la tremenda acabada de unos minutos antes, la nueva fue igual o más potente. Nunca nadie me había dado tanta leche junta. Eso, sumado a mi nuevo orgasmo, hizo que mi concha se rebalsara inmediatamente. Totalmente agotada, me recliné hacia atrás y me acosté sobre él. Su respiración agitada cerca de mi oído me fascinaba, su pija todavía dura entre mis piernas era una delicia. Estuvimos así un rato, mientras él jugaba con mis tetas, como si en el mundo no existiésemos más que nosotros dos. Podría haberme quedado dormida tranquilamente, pero él me hizo volver a la realidad.
Me dijo que, si quería ir a asearme un poco, me pusiera su campera, la cual me cubría entera y me llegaba casi hasta las rodillas. La sensación de pasar entre los demás pasajeros, toda llena de leche, cubierta solo por la campera y con mi ropa en las manos, volvió a excitarme. Pero al mismo tiempo me sentía sucia, mojada, por lo que lo mejor era ir a lavarme. Al volver al asiento, él se había puesto un short y una remera.
En el tiempo en el que estuve sola mientras él fue al baño, me quedé con la cabeza pegada a la ...