La nueva hazaña sexual de mi mujer en el Caribe (parte 8)
Fecha: 23/02/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos
La nueva hazaña sexual de mi mujer en la pista de baile fue salirse de debajo de Adriano y ayudar a Kevin a ponerlo boca arriba, para que éste se la metiera de frente al camarero con las piernas en sus hombros, mientras Luli procedía a montárselo dando la espalda a su cara, abrazando y besando al caribeño. Estaba repitiendo lo de la tarde, usando la pija de un partenaire para franelear y besar al semental, que la volvía loca de placer.
La sesión duró como diez minutos, ella se arqueaba pletórica para que Kevin le chupara los pezones erguidos y le sobara las tetas, sin dejar de menarse sobre la pija del canadiense. Volvió a correrse con orgasmos múltiples, acabó nuevamente el exhausto Adriano en el interior de su vagina llena de las anteriores corridas y sus propios jugos.
Kevin se mostraba inagotable. La hizo girarse sobre el canadiense e inclinar su cuerpo hacia el pecho de Adriano para empezar a horadarle el culo lubricado por tantas cogidas y se la metió hasta el fondo. Quedaron todos quietos un minuto hasta que el caribeño comenzó sus acometidas a fondo como un pistón a toda velocidad. Luli no dejaba de estremecerse de placer, sus tetas bamboleantes eran chupadas por Adriano y ella llevaba el compás de las embestidas de Kevin, hasta que finalmente éste consiguió lo que siempre debe haber deseado, que era inundarle el culo con su semen, acompañado por los aplausos, vítores y silbidos del corro. Volaron decenas de billetes al centro de la pista, que Andy y Coqui, a ...
... medio vestir, se apresuraron a recoger.
En la oscuridad, pude entrever que los morreos, besos, manoseos y meneos abundaban entre las parejas, tríos y cuartetos que rodeaban la escena. Más de uno me apoyó su pija dura entre mis glúteos al pasar, me acariciaron varios y no pocos me sobaron el bulto por encima de mi bermuda húmeda, pero estaba exhausto como para seguirles el tren de fiesta. Me acerqué al centro de la pista para ayudar a mi mujer a ponerse su solero, besándola dulcemente y susurrándole te quiero y me gustás cada vez más puta.
Ella apenas resoplaba y asentía, sexualmente agotada y colmada en su interior. Nos acomodamos en los sillones, Kevin y yo flanqueando a Luli, ahora más modosos y civilizados como si nada hubiera pasado. Trajeron mojitos para cada uno, bastantes servilletas de papel para secarnos las humedades, sobre todo las de Luli y las de mi culo. Brindamos por la fantástica noche que habíamos disfrutado y Kevin dijo:
-Para que pronto se repita.
-Esta noche descansa la compañía, dijo mi mujer y se recostó sobre mi hombro, acariciándome la entrepierna y mirándome a los ojos.
-Lo que vos quieras, amor mío, le respondí y se fue quedando dormida.
Tomamos unos cafés, pudimos despertarla y llevarla al bungalow con la ayuda de los otros. Nos despedimos de nuestros amantes como si nada hubiera pasado, aunque con algo de pesar de mi parte, viéndolos irse y admirando sus cuerpos. Entramos, nos desnudamos y tiramos la ropa transpirada y húmeda de ...