1. Quizás deberías entrar y que ella te cuide


    Fecha: 16/04/2024, Categorías: Voyerismo Autor: ShyPrincess, Fuente: CuentoRelatos

    En tu defensa la puerta estaba ligeramente abierta, solo eras un hombre preocupado que escuchó ruidos raros en el cuarto de la hija de su amigo, ¿qué clase de mal hombre no se asegura de que una joven esté bien?
    
    Sobre todo considerando que siempre fuiste muy apegado a ella, ibas siempre detrás de ella, cumpliendo todos sus deseos con tal de tener su atención en ti por un rato.
    
    Muchas veces terminabas sentado frente a ella preguntándole qué quería, lo que sea que fuese, ibas a salir a buscarlo, o ibas a hacerlo, a veces solo era salir a caminar con ella, otras te pedía que guardaras algún secreto que seguramente la metería en problemas.
    
    Tu amigo a veces se enfadaba por eso, siempre terminabas abogando por ella, pero no te importaba, la chica era dulce y amable contigo, te cuidaba más que nadie, asegurándose que comieras bien, que tomases agua, cosas así que te hacían sentir especial.
    
    Para ser honesto muchas veces tus otros amigos te decían que eras demasiado sumiso cuando la chica aparecía, obviamente no era mentira, no podías evitarlo, por suerte solo pensaban que era algo platónico después de todo la viste crecer. Ninguno sabía cuantas veces inventabas problemas o excusas para que su padre y ella fueran a tu casa solo para poder tenerla allí un momento, dejando su perfume en tu casa o si eras muy afortunado, en ti.
    
    Tus manos se posaron en el picaporte, la puerta estaba levemente abierta. Nunca intentaste abrirla sin antes pedirle permiso, pero ese día era ...
    ... la excepción, no sabías que esperar detrás de esos leves sonidos, creíste que quizás se había lastimado o algo así, de última si solo era un malentendido le pedirías que te disculpe para prometerle que jamás lo harías otra vez.
    
    Pero no te esperabas la morbosa escena delante de ti, nunca, ni siquiera en tus sueños más sucios, te imaginaste verla así, tu respiración estaba agitada y tu rostro se sentía cálido. Estaba parada allí vistiendo ese bonito conjunto de lencería que viste más de una vez colgado en el patio o doblado en la pila de ropa limpia. El rosa pastel del conjunto combinaba perfectamente con sus encajes y pequeños volados debajo del sostén que para este punto estaba siendo aplastado por los pechos de ella. Seguiste mirando aunque sabías que está mal, una gran culpa te quemaba, te sentías como un viejo pervertido mirando a una joven. Pera era imposible mover tu vista a otro lado, estabas hipnotizado, viste sus muslos frotándose entre ellos lentamente, ¿cuántas veces tuviste una erección pensando en ellos sobre tus hombros? O en su suave estómago, siendo apretado por la ropa interior, te imaginaste la cara tan linda y sensual que ella pondría al sentir tus manos allí o cómo te sentirías tú al apoyarte en ella. Aunque lo más importante era ver como tu amorcito liberaba sus pechos del sostén, finalmente, lo arroja al piso sin mucho cuidado. Sus pezones captaron tu atención al instante, eran grandes y amarronados como los que habías visto en videos desesperado por ...
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