1. Mi más reciente confesión


    Fecha: 18/04/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Ishtar, Fuente: CuentoRelatos

    ... ceño.
    
    –Quiero confesarme ahorita –dije solemnemente poniéndome de pie.
    
    Diego se levantó, se guardó la verga y fue a su cuarto por su estola morada y a ponerse su hábito. A regresar, se sentó en el sillón y yo me arrodillé ante él para que diera inicio el ritual, y entré en la relatoría de mis graves faltas.
    
    –Padre, me confieso que siempre deseé a mi papá y yo pensaba que sólo era un capricho que me quedó al verlo coger con mi mamá.
    
    –¿Tuviste relaciones o tocamientos con tu papá?
    
    –No, y confieso que estoy arrepentida de no intentar seducirlo cuando él vivía, pues con el tiempo se volvió más fuerte mi deseo, pero me mantuve firme en no provocarlo, ¡pero ahora me siento mal por no haberlo hecho! –expresé con mucho dolor sabiendo que pecaba por mantener ese deseo.
    
    –No caíste en la tentación y ahora te arrepientes de eso… ¿Crees que será pecado? Preguntó con una mirada bondadosa.
    
    –Sí, porque ahora ya cojo con mi padre –espeté tajante.
    
    –¡Por Dios! ¿Cómo puede ser posible eso? –preguntó Diego asombrado.
    
    Entonces le relaté lo que sentí cuando creí que José era mi papá (ya lo conté en el relato “Nuevas experiencias”), y que, con anuencia de José, él y yo nos comportamos como padre e hija cuando cogemos, incluso lo peino y le recorto el bigote como usaba papá.
    
    –El otro pecado es que te sigo amando y lo haré hasta el último de mis días –dije tomándolo de la mano y con los ojos llorosos.
    
    –En penitencia, reza un Ave María por ti y un Padre nuestro por mí; para José la misericordia del Señor por darte el amor que siempre deseaste. También, ve a donde reposan los restos de tu padre y dile que, a pesar de que pudieras ofenderlo, siempre lo amarás. Respecto al amor de nosotros, Dios sabrá perdonarnos pues es el amor del que estamos hechos…
    
    Recé en voz alta y le pedí a Diego que me acompañara al panteón, a la tumba de mi padre. Regresamos a casa y… seguimos con nuestro pecado venial, sólo nos quedaba un día.
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