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Intercambio para aprender lenguas
Fecha: 29/04/2024, Categorías: Incesto Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos
... los dedos de Karen acariciaban el dulce xoxito de mi amiga. De vez en cuando giraba la cabeza y besaba sus húmedos labios con ternura. Enfrente Josh había juntado su polla con la de su padre y cogido las dos con una mano pajeándolas juntas. Frotando una contra otra. Mark se fue agachando lamiendo el pecho de su hijo, mordisqueando sus pezones. Bajaba besando el marcado vientre con una impresionante tableta de músculos hasta llegar al durísimo rabo. Chupó los huevos como caramelos, incluso se los metía en la boca. Lamía el tronco arriba y abajo hasta el glande. Al poco lo tragaba hasta donde podía que con aquel garrote no era mucho. Ninguna pudimos hacerlo más que él, como pude comprobar más tarde. Loren se decidió a ayudarlos, trajo el lubricante que un rato antes le había aplicado a mi propio culito. Empezó a ponérselo al ano de su hermano. Empezaba a estar claro quien iba a recibir y quien a dar. Josh poco a poco se fue tumbando de espaldas y levantando las piernas. Mark entre sus muslos acercó la polla al culito y lo fue penetrando. Nosotras, calientes, los mirábamos sin querer perdernos nada del sensual espectáculo pero sin dejar de acariciarnos ...
... tampoco. Me acerqué más para no perder detalle. Verlo todo en primer plano. Lo que me permitía además arrimar la boca al glande de mi musculoso objeto de deseo. Empecé a darle besos al glande de Josh mientras tenía la mirada en su culo bien abierto por la polla de su padre. Estaba a cuatro patas para no perder detalle si que enseguida empecé a notar una lengua en mi propio ano y besos en mis nalgas. Madre e hija se habían lanzado de inmediato sobre mi grupa al verme así de ofrecida. Era la primera noche allí y ya había disfrutado de más orgasmos que en los dos últimos meses juntos. Era evidente que lo iba a pasar de miedo en Inglaterra. Tuvo que ser Karen, como siempre la voz de la razón, la que indicara que yo debía estar cansada del viaje y de la caña que me estaban dando. Todos debíamos recuperar fuerzas para el día siguiente. Así que mezclados en la enorme cama, unos en brazos de los otros nos fuimos durmiendo. El resto de los días que pasé allí fueron en la misma tónica. Conocí íntimamente a los amigos de los dos hermanos tan pervertidos y bisexuales como ellos y yo misma. También me presentaron a otros miembros de la familia y colegas de los padres.