La cala
Fecha: 20/10/2018,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
La cala
Hacía mucho calor. Era en pleno julio, sobre las cuatro de la tarde y decidí acercarme a una cala que para llegar a ella tienes que andar más de una hora. No había nadie, me di un baño y me dispuse a dar un paseo por la zona rocosa. De repente oí unos gritos, mire en esa dirección y pude ver como unas piernas salían literalmente de un agujero en las rocas. Me acerqué y comprobé que se trataba de las piernas de una mujer que seguramente había caído accidentalmente en ese hueco que las rocas habían formado. Estaba encajonada en él y no podía apenas moverse.
Me acerqué y le pregunté si estaba bien, me dijo que sí, que había resbalado no sabe como y que había quedado en esa posición, boca abajo, sin poderse mover, que la ayudara a salir. Le pregunté si estaba sola y me respondió que sí. Me dijo que llevaba más de 40 minutos en el agujero y que estaba desesperada que creía que nadie pasaría por ahí.
Miré en todas direcciones, no se veía un alma, sólo las piernas de esa chica y su espléndido culo, bastante grande, que se ofrecía en pompa ante mi cara. Mi voluntad de ayuda poco a poco dejó paso a la excitación que me producía la situación y decidí no desaprovechar la situación.
Iba vestida con un bikini grande, pasado de moda que rápidamente empece a quitárselo, dejándola literalmente con su culazo al aire. Ella empezó a gritar, llorar, suplicar y, visto que no surtían efecto, pasó a los insultos. Sin responderla y disfrutando de su humillación, empece a ...
... acariciarle esas hermosas y grandes blancas nalgas.
Era muy peluda, tenía un coño pobladíssimo de largos pelos negros. Acerqué mi nariz a su sexo y su fuerte aroma me embriagó. Olía muy fuerte, seguramente a causa del sudor provocado por el asfixiante calor. Su culo era un panorama, tenía un ano precioso, rosadito, con todo el reborde marrón y rodeado de pelos muy negros. Aún olía mejor puesto que de los nervios ante su situación su esfínter no había resistido tantas emociones y había dejado escapar restos de caca que adornaban sus nalgas que contrarrestaban con su sudor. Su culo apestaba y eso me ponía a cien.
Ella seguía insultándome y rogándome que la ayudara. No hice caso a sus súplicas y seguidamente empece a chuparle su sucio agujero del culo. Ahí ella ya no pudo aguantarse y su ano escupió una andanada de sonoros pedos, acompañados de caca que salpicaron mi cara. Ahora ya no gritaba, solo sollozaba. Penetré su ano con mis dedos que salían completamente marrones.
Tras unos minutos, mi polla estaba a punto de reventar y decidí que era el momento de pasar a la acción. Me desprendí de mi bañador y apunté mi miembro a su ya dilatado y sucio agujero, que perfore en dos embestidas hasta alojar toda mi polla en su interior. Me quedé quieto unos segundos para que su recto aceptase la nueva situación para pasar luego a realizar una profunda penetración hasta que me corrí copiosamente en su interior. No la saqué, deje que mi polla recuperase su tamaño normal en su culo, ...