1. ANAL CON LA CONSUEGRA


    Fecha: 26/05/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: alirongo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola soy Gabriel, madurito de 55 años pero con muchas ganas de vivir, aprovechar la vida y las ocasiones de gozar el máximo. Nunca pensé que pudiera suceder una cosa así, pero a veces las casualidades, el azar o la suerte tienen estos guiños tan excitantes. Todo sucedió con motivo de la boda de mi hija y la protagonista de esta historia es Leonor la madre del novio, es una mujer de 62 años muy bien llevados, viuda, conserva bien la figura, unos pechos no muy grandes pero firmes y un culo que llamaba la atención. Unos glúteos firmes, además que sabe realzarlos con ropa bien ajustada, siempre nos hemos llevado bien aunque no nos vemos con frecuencia pues vive en otra ciudad y solo coincidimos cuando viene de visita.
    
    La cosa comenzó a cambiar a raíz de que nuestros hijos después de un tiempo de convivencia decidieron contraer matrimonio, los viajes se hicieron más frecuentes y la relación entre nosotros cada día aumentaba, tengo que apuntar que yo soy viudo también, así que ella se involucró de lleno en los preparativos de la boda.
    
    En las primeras visitas se alojaba en el apartamento de la pareja, que era bien pequeño, pero cuando se hizo más continuo y después de hablarlo con ellos le sugerimos que se vinera a mi casa, es amplia tiene varias habitaciones y está relativamente cerca del apartamento de la pareja.
    
    Al principio puso algunas objeciones, empezando por el temor de ir a vivir con un hombre, que no quería molestar, excusas y más excusas, pero al final de ...
    ... regañadientes aceptó.
    
    Una vez instalada en mi casa comprobó que sus miedos eran infundados, intenté complacerla en lo que pude y fue entonces cuando me di cuenta lo buena que estaba, lo tenía todo, labios carnosos, unas tetas bien puestas, unos pezones que al cualquier roce se endurecían, y como he descrito antes un culo espectacular.
    
    La boda se acercaba y Leonor cada día más nerviosa parecía que era ella quien se iba a casar, intentaba tranquilizarla, saliendo a pasear, hablar de ella, de lo hermosa que era, que bien conservaba su figura, y notaba como se sonrojaba y se ponía nerviosa pero que le gustaba, cada día un poquito más osado, y provocándola con miradas, insinuaciones sin notar ningún tipo de rechazo, todo lo contrario.
    
    El cambio de aptitud en la casa fue más relajado, se vestía de una manera informal, como era verano bajaba con camisetas que dejaban ver sus muslos, marcando sus pezones o el piquito de los buenos días primero en la mejillas y cada vez de los labios y una alegría en su cara que me provocaban unas enormes erecciones. Ya era hora de pasar a la acción.
    
    Los dos teníamos unas ganas locas de follar pero nos faltaba el último empujón, buscar la excusa, la ocasión llegó cuando nuestros hijos nos invitaron a cenar para probar el menú que iban a servir el día de la boda.
    
    Leonor apareció con un vestido negro ajustado, que remarcaba todos su encantos, un maquillaje suave que iluminaba su cara, estaba para comérsela entera, cuando la vi tuve que hacer ...
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