Me cogí a mi cuñada (Parte 1)
Fecha: 28/05/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: PerversionMex, Fuente: CuentoRelatos
Es el momento, es ahora o nunca, pensé.
Cecilia estaba sola por unos momentos, con los ojos rojos por una discusión telefónica más, con el padre de su hija; pero aun así sonriente al verme.
¿Sería mi oportunidad?
Cuando uno es muy joven, tiembla ante la primera oportunidad de dirigirse a una mujer, desde un breve y torpe saludo en el colegio, hasta la primera llamada telefónica o la primer notita de amor, cuesta mucho trabajo.
Qué decir de cuando llegamos al momento de poder tomar una mano tan temblorosa como la nuestra o dar nuestro primer beso, uff, ¡qué difícil!
Vamos más allá, incluso cuando finalmente podemos posar nuestras inhábiles manos en un par de pechos o de meter un dedo en una vagina en un primer “faje” nos cuesta mucho, aunque las hormonas normalmente nos guían. Ya qué más puedo decir del primer oral o la primera cogida. Todo es sublime, pero COMÚN.
Lo que no es común es pretender cogerte a tu cuñada.
La cuñada es otro nivel. Es la hermana de tu esposa, la mujer con quien tus suegros te dejan a solas por la confianza, la que confía precisamente en ti tanto como para platicar cualquier cosa o vestir de la forma que sea en tu presencia.
Pero cuando las cosas “se van dando” y ya con los años de experiencia, uno aprende a buscar oportunidades y hacer realidad sus fantasías.
-Qué onda, cuñis, replicó al saludarla
-Nada, ¿estás bien?, pregunté
-Sí, bueno, no tanto, ya sabes el papá de la niña que es un idiota, me dijo.
Me acerqué ...
... a ella y la abracé. La abracé fuertemente y ella a mí, nuestros rostros quedaron muy cerca y ambos recurrimos a acercarnos aún más. Su mejilla izquierda estaba pegada a la mía y sentía como una lágrima recorría las mejillas de ambos.
No dude en despegarme un poco para darle un beso en esa mejilla.
-Lo lamento, cuñis, le dije; y le di otro beso en la mejilla.
Pegué de nuevo mi rostro al suyo pero más cerca de su boca.
Ya no corría otra lágrima y noté un ligero temblor en su cuerpo.
-Es mi oportunidad, pensé, es ahora o nunca.
Volví a separarme un poco y le di dos o tres besos en la mejilla, pero más cerca de su boca. Ella tenía cerrados los ojos y no oponía resistencia alguna.
Tras el tercer beso ella abrió los ojos y casi sin separarse de mi rostro, dijo:
-Te quiero, cuñis
Y me dio un beso tronado en la mejilla y me volvió a abrazar.
En tanto yo recorría su espalda con mis manos hasta llegar al extremo superior de sus caderas. La acariciaba con cariño y ternura y ella a mí.
Empecé a darle pequeños besos en su mejilla y en algún momento ella volteó más hacia mí su rostro y el siguiente beso fue entre su barbilla y sus labios.
Vino otro beso cariñoso más, pero ahora en su nariz.
El siguiente, fue directo en sus labios.
Dos o tres besos de piquito, luego otro más pero siempre sin abrir la boca.
Me detuve, la separé un poco de mí, abrió los ojos, tomé su rostro entre mis manos y dije:
-Soñé muchos años con besar tus labios
-La ...