1. Se respiraba la Lujuria en la casa de mi tía


    Fecha: 21/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... duro y más duro. Su culo estaba muy apretado. -Dame duro cariño, tenía años que no me la metían por alli- me decía la caliente tía. Luego ella comenzó a mover su culo y eso me hizo acabar más rapido, comencé a eyacular mi leche dentro de su ano, hasta que me sacó todo. Nuevamente volvimos a caer rendidos sobre la cama. Al mucho rato ella se puso de pie y comenzó a buscar su ropa, me dijo que tenía que irme, asi que hice lo mismo y me fui no sin antes darle un beso en los labios. Asi comenzó una vida promiscua de sexo, de mucha lujuria. Mi prima Saira me llamaba para ir a su habitación en la noche y cogíamos rico por horas, me hacía terminar dos o tres veces y yo la hacía terminar tres o cuatro, siempre ella fue más orgasmica. A mi tía me la cogía cuando ella quería, podía ser en su cama o me decía que la acompañara a hacer unos mandados, me llevaba a un motel y alli podiamos coger a placer, le daba por la vagina y por el culo. Por último Sandrita. Yo no tenía necesidad de cogerme a Sandrita, con el sexo que me daba mi prima Saira y mi tía era suficiente para mantenerme satisfecho. Pero las cosas se dan. Una noche, me había cogido a Saira, y me fui a ver televisión a la sala, en eso llegó Sandrita, con su pijama de blusa y pantaloncito corto, se puso encima de mis piernas, de frente, y mientras hablabamos, ella se movía y su pelvis se frotaba contra mi verga, me fue poniendo caliente. -oye que haces?- le dije. -qué, no te gusta?- me contestó. -Si me gusta, pero tu eres una ...
    ... niña- le dije. -Te voy a demostrar que ya no soy una niña- y diciendo esto, me comenzó a besar, al principio yo esquivaba sus besos, pero conforme pasaban los segundos fui respondiendo. Tenia poca experiencia para besar, entonces sin decir una palabra, le fui enseñando, pero mi verga se puso parada. Le levanté la blusa de la pijama y vi sus dos pequeñitos senos, en forma de un cono pequeño, las mamé una por una, por turno le chupé sus pezoncitos, ella daba ronroneos como gatita, mientras yo le comía sus pechitos. En eso oí que abrieron una puerta, y ambos nos separamos y ella se bajó la blusa, no era nada. -puedo llegar a tu habitación más tarde?- me preguntó Sandrita. -claro, a la hora que quieras- le contesté. Ella se fue a su recamara y yo también lo hice. Después de media hora me ganó el sueño y me quede en calzoncillos sobre la cama. En eso sentí como un sueño húmedo, que alguien mamaba mi verga, abrí los ojos y vi a la pequeña Sandrita con mi verga en sus manos y chupando mi verga. La dejé que continuara, solo le hice una sonrisa de aceptación. Ella lamió y chupó mi verga por todos lados, me la dejó paradisima. Luego la acosté y le quité toda su pijama, la dejé en cueros, tomé uno de sus pies y le dije que se lo chuparía, ella asintió. Le chupé cada dedito y todo el pie, uno por uno, luego besé sus muslos y fui llegando a su cerradita cuquita, se la chupé lentamente, gozando cada pedazo, ella se retorcía sobre mi cama, le pasé la lengua desde su cuquita hasta llegar a su ...
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