Afortunado trabajo con Ana
Fecha: 01/06/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: vfive5, Fuente: CuentoRelatos
Las oficinas de mi trabajo se encuentran en el centro de la ciudad. El espacio es reducido en el área de atención al público y como complemento dispone de unos almacenes donde se guarda la documentación de archivo en la zona de sótanos del edificio.
Recientemente se ha incorporado una nueva compañera para realizar una sustitución de larga duración. Se trata de Ana, una mujer de unos cincuenta años, casada pero sin hijos, de belleza innata y delicada, y con un cuerpo maduro bien cuidado durante años.
Lleva su melena rubia siempre suelta y le cae de forma insinuante sobre sus hombros.
Para vestir a diario suele usar blusas y corpiños que dibujan artísticamente sus senos bien dotados, redonditos y suculentos. Y una cadera bien definida que reclama ser explorada descendentemente de forma generosa. Su imagen y compostura me atrajeron desde el primer instante que la vi y, según deduje por sus miradas, ella fue consciente de ello desde el primer instante.
Yo llevo diez años trabajando en esta empresa, por eso me asignaron la misión de enseñar a nuestra nueva compañera cómo funcionaban los procedimientos internos de la empresa.
Esa mañana tuvimos que bajar al almacén para buscar archivos de varios años atrás. Ana vino conmigo para conocer el lugar y el sistema de archivo de la empresa. Ese día Ana vestía de forma casual, con pantalón tejano y blusa.
Todo discurría con normalidad, charlábamos amigablemente mientras realizábamos la tarea encomendada. Al recoger una ...
... caja del suelo ambos nos agachamos simultáneamente. De forma accidental divisé todo su escote y pude ver su sostén, blanco de encaje y con tela semitransparente. Bajo esa prenda se dibujaba el increíble dibujo de sus pezones coronados por unas preciosas aureolas y quedé absorto observando aquella imagen.
El ambiente se notaba cargado de tensión sexual. Sin hablar por unos segundos seguimos en la tarea pero un instante después me fijé en su trasero. Su espectacular culo bajo esos ceñidos pantalones vaqueros ligaba perfectamente con el resto de su cuerpo. Ana es una mujer muy atractiva, pero su madura edad era un estímulo indescriptible para disparar mi deseo sexual mas salvaje.
Ella se giró, me miró sonriendo y tras observar mi depravada expresión, dedujo inmediatamente los pensamientos que invadían mi mente para apropiarse de mis intenciones.
Con determinación y naturalidad me preguntó si iba a ayudarla o no.
No sé por qué, y en puro atrevimiento, le pregunté, a qué quería que la ayudase... lo que desencadenó un silencio aún mayor. Estábamos ya muy cerca, nos miramos de arriba abajo y, en un intercambio de roles, ella pasó a ser la institutriz que debía enseñarme a mí cómo interpretar las miradas y el lenguaje corporal.
Se me acercó directa y decididamente, dejándose mirar y sintiéndose dueña de mi voluntad. Me besó, y correspondí. Nos besamos de forma suave y cálida, muy apasionada. Ana sabía a carmín y su boca era miel. Su lengua rozó la mía. Abrió la boca y me ...