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La meona
Fecha: 02/06/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... Nuestras parejas no se encontraban allí. Mi chica llegaría al día siguiente, sábado. Y Nacho, el marido de Julia, había estado un par de horas con nuestro grupo pero se marchó entendiendo que aquella era una quedada de su mujer con su grupo de compañeros de trabajo. Inmediatamente después de nuestro baile, Julia tuvo ganas de ir al baño. Como en los aseos las colas eran interminables, Julia me pidió que la acompañase hasta el descampado junto al recinto ferial que se había habilitado como aparcamiento. Aprovechando para ir a recoger algo a su coche. Es cierto que mear en la calle, entre dos coches, no es ni cívico ni propio de personas tan alejadas de la adolescencia pero es algo más común de lo que se puede pensar en este tipo de ferias. Llegamos entre dos coches y Julia se bajó el pantalón y las bragas, sin ningún reparo, delante de mí. Luego se agachó y comenzó a mear. Yo no me corté y la miré. No perdí detalle de aquel chorro que manaba de su rajita adornada con una fina tirita de vello muy morbosa. El sonido del chorro vaciando su vejiga me resultó excitante. Julia me miró y me dijo si nunca había visto un coñito maduro. Le sonreí y le ...
... dije que yo también me estaba meando. Me miró y me dijo que no me cortase por ella. Así que me la saqué y empecé a mear delante de mi compañera. Julia me sonrió antes de decirme: "joder, qué contenta tiene que estar tu novia". Yo, que para entonces la tenía morcillona empecé a acariciármela para que creciera. Cuando terminé de mear se la acerqué a Julia que no dudó en abrir la boca y metérsela. Cerró los labios entorno al tronco de mi polla y succionó mi capullo. Yo suspiré al sentir la presión sobre la cabeza de la polla y comencé a introducírsela hasta su campanilla. Julia era una auténtica come-pollas. Durante 10 minutos me estuvo dando una espectacular mamada que terminó con una no menos espectacular corrida mía dentro de su boca. La tía se lo tragó todo. Después nos vestimos y volvimos al lugar con los compañeros. Lo mejor de todo es que cuando llegamos, entre el grupo de compañeros también estaba el marido de Julia que se había vuelto a unir. El tipo, bastante alegre por el alcohol ingerido, no dudó en comerle la boca a Julia que por más que intentó hacerle una cobra no pudo evitar el contacto de sus labios. Los suyos con sabor a mi polla.