1. Primera mistress (parte 1)


    Fecha: 11/06/2024, Categorías: Fetichismo Autor: unguyrandom, Fuente: CuentoRelatos

    Entro a su casa y me baño. Salgo con la toalla puesta. Ella estaba en su trono mirando su celular. Probablemente respondiendo mensajes a sus esclavos. Ella era delgada, de 170 cm de altura, y con un pelo rubio de león hermoso. Me mira, deja el teléfono, y me dice:
    
    -Desnúdate y ven aquí-. Señalando el suelo.
    
    Yo le hago caso. Me acerco y me arrodillo desnudo. Ella extiende sus hermosos tacos hacia mi y dice:
    
    -Besame los tacos.
    
    Y lo hago.
    
    -Buen chico, pero besalos mirándome a los ojos.
    
    Me daba vergüenza, pero ahí estaba yo, con mi pene ya muy duro, besando sus pies. Ella estaba completamente vestida. Tenía calza y remera negra. No tenía escote.
    
    -Quitarme los tacones y sigue besándome los pies. Deja de masturbarte. Yo te diré cuándo puedes empezar a tocarte.
    
    Y yo lo hacía. Descubrir sus pies era hermoso. Tenían un aroma indescriptible. No sabía si olían mal o bien, solo que era una fragancia que me excitaba mucho.
    
    La tentación fue más fuerte que yo, y comencé a usar mi lengua para lamerle entre los dedos. Mientras le chupaba un pie, el otro estaba sobre mi frente, humillándome.
    
    Luego de unos minutos.
    
    -Mira hacia arriba y abre la boca bien grande- Y procede a escupir una gran cantidad de saliva en mi boca. -no la tragues, saborearla mientras me das besos en los pies.
    
    Yo sentía que mi pene estaba a punto de estallar. su saliva era deliciosa. Comienzo a darle besos cada vez más rápidos, y más profundos. Cada medio minuto, aproximadamente, ella me ...
    ... volvía a escupir en la boca.
    
    -No te olvides de mirarme a los ojos.- me decía mientras sonreía, riéndose de mi. -sos muy desagradable.
    
    Estuvimos varios minutos así, que para mi fueron segundos. Su exquisita saliva en mi boca y sus hermosos pies eran todo lo que necesitaba. O, al menos, eso creía.
    
    Ella se escupía lentamente los pies, y con sus hermosas manos lo señalaba para indicarme que lo debía limpiar con mi boca. A veces incluso escupía el piso. Y se enojaba si dejaba saliva sin recoger.
    
    Tenía una varilla de plástico, con la que me pegaba en la cola, cada vez que yo me agachaba a lamer su saliva del piso, para pedirme que me apure y que lo haga bien.
    
    Se dio cuenta que constantemente yo miraba hacia su entrepierna. La calza dejaba ver la forma de su vulva, donde comenzaba y terminaba su ropa interior y cuál era el centro de su vagina. Ahí estaba, intocable.
    
    -¿Te gusta lo que ves? Sos tan asqueroso que apuesto a que quieres lamerlo. Voy a dejar que les des solo un beso, pero sobre la calza. Eso es todo lo que tendrás: Un beso sin lengua durante 5 segundos. Pero para que ganes ese privilegio primero tienes que ser un buen chico. ¿Vas a ser un buen chico para mi?
    
    Yo asentía con la cabeza pero me costaba hablar por la excitación. Si me tocaba el pito iba a correrme instantáneamente. Estuve sin tocarme durante varios días para poder visitarla con mucha sensibilidad, y no sabía si había sido una buena idea. Literalmente no podía pensar del placer. Tenía mucha ...
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