El macho empotrador final - Relatos Eróticos

El macho empotrador final

Poco a poco van abandonando la casa primero la pareja de gays para luego ser los dos amigos quedándose el último nuestro macho empotrador que como es de recibo nos penetra ambos terminandose por correr dentro del coño de Silvia para que yo limpie primero suya y después saque brillo al coñito de mi novia.

Terminamos de recoger y quitamos los restos de condones y demás hasta que nuestro más empotrador se despide con un beso la boca a cada uno diciéndonos que vendrá el dueño a recoger las llaves en un momento.

Al rato aparece un todoterreno que se coloca a la entrada de la finca impidiendo la salida de nuestro coche del que sale un hombre sobre un metro setenta y cinco de altura y corpulento típico hombre de pueblo muy moreno por el sol sobre los 50 años.

Silvia le saluda, hola buenas nada aquí te dejamos las llaves y hasta otra ocasión ha sido un placer, bueno las llaves y lo que debéis, como pero si nos ha dicho que está todo todo pagado, digamos que queda algo y me lo va a pagar tu novia imagino que no te importa no cornudo.

Silvia y yo nos miramos y nos damos cuenta que el e.

mpotrador nos ha dejado el marrón.

El hombre no se lo piensa mucho se baja el pantalón hasta sacarselo por los tobillos y acto seguido se quita el calzoncillo, tiene la polla flácida sin depilar y no parece ser nada del otro mundo, bueno zorrita quítate las bragas y levanta esto

Silvio se quita las bragas y acercándose al tío se agacha empezando a hacerle una mamada enseguida esa ...

... polla como la vida yo estoy a escasos dos metros de él y una polla sobre el tamaño de la mía 16 17 centímetros algo más gruesa que la mía.

Hace apoyarse a Silvia en el capó de nuestro coche y desde atrás se la mete en el coño de un solo golpe y empieza a follarla cogiéndola de las caderas y dándole con fuerza no tarda demasiado en correrse y sacándola le ofrece la polla para que chupándola se la limpie para terminar secándose la con el vestido de esta.

Ya te puedes poner las bragas así llevarás el olor de mi leche hasta tu casa, y espero veros pronto.

El hombre se marchó y nosotros montando en el coche hacemos lo booking mismo.

Durante el camino el silencio es casi constante ninguno de los dos habla apenas ni sabe que decir una hora de camino que se hace eterna.

Silvia se sienta en una silla de la cocina quitándose las bragas tirándolas al suelo, bueno no vas a decir nada, no sé qué quieres que te diga te satisfecho.

Eres un puto maricón y encima cornudo limpia me el coño, poniéndose al borde de la silla y abriendo las piernas me ofrece su manjar que comienzo a degustar hasta que consigo que llegue al orgasmo mientras me sigue insultando.

Mira cariño he disfrutado como nunca y me gustaría que pudiésemos seguir teniendo este tipo de relación ha sido bestial esta es mi opinión y ahora quiero oír la tuya.

Lo único que quiero que sepas es que disfruto satisfaciéndote y viendo la cara de vicio y la cantidad de orgasmos que tienes cuando eres follada por otros ...