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Chat [H30]
Fecha: 05/07/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Me descubrí por enésima vez completamente perdido frente a la pantalla. Era una más de nuestras sesiones acordadas (y a veces espontáneas) en las que cumplíamos fielmente el manifiesto cyborg y dejábamos que las expresiones de nuestras carnes se fundieran mediante el frío característico de las máquinas. El milagro del acomodo aparentemente aleatorio de los dígitos nos permitía crear la atmósfera perfecta. Mi piel entera se sentía en la posición correcta para recibir la descarga característica de la interacción con un agente externo, aunque en realidad todo era una ilusión. Cada palabra leída y escrita a través del dispositivo aceleraba las conexiones de nuestros cerebros, desatando un enorme caudal de descargas en nuestros cuerpos. Casi podía percibir a través de las letras plasmadas entre la luz de la pantalla cada una de las reacciones de su cuerpo, manifestando su excitación y exaltando su deseo por mi carne. Sentía cómo mi mente se aceleraba, y antes de enviar la siguiente oración, me veía en la necesidad de seleccionar uno de los varios escenarios eróticos que imaginaba casi al mismo tiempo, profanando su libidinoso cuerpo con la misma energía con la que un náufrago atacaría el primer banquete que se le cruzara en el camino luego de la larga desventura. Cada selección generaba una ...
... nueva inyección de adrenalina, un salto que me sorprendía con la sensación de estar al borde de un ataque cardíaco. Era suficiente con el fluir de las letras que suplían cualquier necesidad de imágenes, aunque también debo de admitir que la noche en que por fin vi su imagen se dispararon mis bajos deseos, ahora subsumidos a una serie de pixeles convenientemente arreglados para conformar una imaginativa señal encaminada a vaciar mi lujuria. Nuestras letras se encaminaban al clímax, y ambos lo fuimos percibiendo. Era mágica aquella sensación de comunicación que establecíamos casi de manera inmediata, pero aún más la manera en que nuestra energía se canalizaba a través de las palabras, haciéndonos hervir de deseo y preparándonos para la explosión final. Cada sacudida era única en su forma, pues se sucedía luego de explorar perfectamente los rincones oscuros de nuestras pulsiones. Y el vendaval dejaba como herencia una suave corriente de erotismo final que nos entregaba a un estado de relajación íntimo. Nunca supe si terminaba exhausto por las fricciones corporales o el desgaste del teclado que en su accionar proteico nos elevaba a un estado digitalmente metafísico. Y una vez más me descubría completamente perdido frente a la pantalla, vendido a la pasión de un par de cuerpos oníricos y digitales.
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