Salida rural
Fecha: 14/07/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Por la mañana fuimos a hacer senderismo, nos perdimos montaña adentro caminado hasta llegar a una enorme roca que hacía las funciones de mirador. Nos habían comentado que en esa época los ciervos estaban en celo y se podían ver las luchas entre los machos desde ese mirador, pero cuando llegamos no vimos nada más que el paisaje.
Sacamos unos bocadillos y comimos esperando pacientemente.
Cuando acabamos me tumbé. Todos hicieron lo mismo y nos quedamos dormidos.
Pasó más de una hora hasta que me desperté por los gritos de lo que parecía una pelea entre animales. Me asomé al mirador y abajo vi una manada de ciervos. Dos machos se alzaban y embestían sus cuernos haciendo alarde de fuerza. Desperté a los demás y contemplamos el espectáculo.
-¡Joder! —Dijo Salva— No somos tan distintos los hombres.
Y rio a carcajada abierta.
—¿Te imaginas a dos tipos peleándose por ti a hostia limpia? —Preguntó Isa a Elia.
—Sólo tengo que hacer un esfuerzo de memoria y sí. —Respondió Elia.
Salva se había puesto de pie y tomaba algunas fotos. Después dejó la cámara colgando de su cuello.
—Juanito, ¿nos peleamos por estas mujeres? Les gustará saber quién es el más fuerte.
Elia lanzó un grito entusiasta y ambas aplaudieron la idea, así que no me quedó otra que ponerme de pie y enfrentarme a Salva. Empezamos a empujarnos de pura tontería, riéndonos e insultándonos. Salva dejó la cámara en la mochila y me dio un empujón que me tiró al suelo. Me levanté y corrí hacia él, que ...
... hacía gestos de victoria, y, agarrándolo por la cintura caímos al suelo. Las chicas reían y aplaudían nuestras tonterías, con lo cual nos crecíamos para dar más espectáculo.
Estábamos de pie jadeando, uno en frente del otro en plan desafiante. Salva dijo:
—Vamos a luchar con nuestras armas.
Y se la sacó por la cremallera. Tenía un pollón y le gustaba hacer esas cosas.
—Vamos valiente, saca tu arma y lucha con ella. —Me gritó Isa. Ambas jalearon un poco y bajé la cremallera. Yo no tenía complejo, pero mi polla al lado de la de Salva parecía más pequeña de lo que era, lo suyo era de mejor familia sin duda. Él se acercó hacia mí con la polla en la mano y la sacudió contra la mía.
—Lucha cobarde. —Me gritó.
Me la agarré y empezamos una lucha de espadas. Todos nos descojonábamos de la risa. Salva se retiró unos pasos.
—Tiempo, hay que reponerse para el siguiente asalto.
Y se acercó a las chicas con su enorme polla colgando.
—Vosotras sois las entrenadoras, y cuando un boxeador va a la esquina del cuadrilátero su entrenador lo asiste y le da ánimos y consejos, así que aquí me tenéis, haced lo propio.
Isa se la cogió y la acarició.
—Ánimo picha, el combate es tuyo. —Le dijo. Después orientó la polla de Salva hacia Elisa— ¿Algún consejo entrenadora?
Elia se acercó y se la metió en la boca hasta que topó con la mano de Isa. Después la sacó y le dijo:
—No hay dolor amiga.
Salva dio unos saltos a modo de calentamiento, como si fuera un boxeador ...