Lola y Ana historia de dos mejores amigas de pechos grandes
Fecha: 15/07/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: principearg, Fuente: CuentoRelatos
... asustado?
Lola: (suspirando) No lo sé, Ana. Siento que algo malo va a pasar, pero no sé a qué se debe.
Ana: (tomándole la mano) Lo siento mucho, Lola. Pero recuerda que no estás sola. Puedes contar conmigo para lo que necesites.
Lola: (sollozando) Gracias, Ana. Me siento tan vulnerable y asustada.
Después de esa conversación, Ana y Lola hablaron durante horas sobre lo que estaba sucediendo en su mente y en su cuerpo.
A partir de ese día trabajaron juntas para encontrar formas de manejar el miedo y la tensión que sentía Lola. Un día Lola se animó a hacerle a Ana un pedido:
- Ana, tengo que pedirte algo y no sé como lo vas a tomar
- Dime lo que quieras, no quiero verte más así, ya no escribes como antes, no cantas como antes, hasta la casa está más triste
- recuerdas la noche en que dormiste conmigo?
- claro que sí
- Me gustaría que te quedaras a dormir conmigo también esta noche
Así fue como a la noche Ana se pasó a la cama de su amiga. Hablaron hasta que se quedaron dormidas y a la mañana ante de levantarse Ana le dio un beso en la frente a su amiga.
A medida que pasaban las noches se acostumbraron a dormir juntas y Lola dormía muy bien. De hecho a veces se despertaron abrazadas con mucha ternura. Ana usaba para dormir ropa más cómoda, que consistía en un camisón de algodón color rosa pastel y tenía mangas largas, perfecto para las noches más frescas. La tela era suave y liviana se ajustaba a su cuerpo, sin apretar ni incomodar. El ...
... cuello redondo y amplio le permitía respirar libremente y el diseño sencillo y minimalista le daba un toque elegante y sofisticado. En la parte trasera del camisón había un pequeño detalle de encaje que lo hacía aún más hermoso y femenino.
A Lola le encantaba que Ana usara esa ropa para dormir y sobre todo oler el perfume de Ana. Era un perfume floral, de algo de intensidad pero suave y discreto. Esa fragancia dialogaba de manera perfecta con el perfume acuático de Lola, una fragancia fresca y limpia que a ambas le evocaba una cabaña que el abuelo de Lola tenía en el mar y al que ambas habían ido más de una vez.
Una noche que Lola se sentía especialmente triste le pidió que Ana que se acercara más que quería oler su perfume y Ana estiró su cuello. Fue la primera experiencia sumamente tensa entre ambas. No se dieron cuenta en ese momento, pero la ternura dio paso a algo de otro carácter. Lola apoyó su cara en el cuello de Ana e inhaló profundo. Luego lo volvió a hacer. Mientras Ana comenzó a acariciar su cabello. Y así quedaron dormidas.
Al otro día hablaron de lo sucedido a la noche. Empezó Lola:
- Ana... tenemos que hablar
- Sí, lo sé
- lo que pasó ayer…
- lo sé
- ¿qué es lo que sabes?
- que fue raro
- somos amigas, nos queremos... nos acompañamos
- sí, pero a ambas nos gustan los hombres
- exacto
- es que me duele verte triste
- y a mi me relaja tanto dormir juntas, tu perfume
- te propongo que no nos preocupemos y veamos como nos ...