Se la chupé a mi policía favorito con mucho cariño
Fecha: 23/07/2024,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: AngieMontiel97, Fuente: CuentoRelatos
Relato aquí la tercera parte de mis experiencias. Continúo lo acontecido en mi segunda publicación. En mis relatos anteriores me describo físicamente a detalle.
Después de llenarme de cremita, el taxista me dio unos minutos para descansar mientras se fumaba un cigarro. Yo seguía en el asiento del copiloto, sin creer lo que había pasado, sentía como su leche me escurría por dentro. Cuando se me pasó un poco el calor me levanté y salí del auto para vestirme y acomodar mi ropa y cabello lo mejor que pude. El taxista ya iba en su segundo cigarro. Yo sentía su mirada indiscreta y descarada mientras me acomodaba el vestido y me trataba de peinar. “Mírate ahora, si antes parecías una prostiputa ahora te ves toda cogidota, el maquillaje corrido, las greñas desarregladas, tu vestido arrugado y empapado en sudor.” Me decía mientras terminaba de fumar. Eso me hizo sentir en parte enojada por que aun después de hacer lo que quiso conmigo me trataba como a una callejera de lo peor, pero también me gustaba tener su atención. Me acerqué y le besé los labios con ternura, sentí un apretoncito en mi pompi izquierda. Tiró la colilla de su cigarro y sacó unos billetes, los arrugó y los metió en mi escote entre mis dos pechos. “Te lo ganaste tetona, ahora si te ves como una prostiputa, con tu propina asomada entre las tetas, no seas codiciosa y déjatela hasta que llegues a tu pocilga.” Le respondí con otro besito. “Órale puta mete tus dos nalgotas en el coche, te llevo aquí cerca” Le hice ...
... caso y cerré la puerta con cuidado de no azotarla. Siendo discreta miré mi escote, apenas pude distinguir dos billetes de 20 pesos y uno de 50. La primera vez que me hacían el amor por dinero y había sido por 90 pesos. Me sentía humillada y enojada pero me excitaba sentirme debajo de él, sentir que él mandaba y que me había premiado con una propina.
Le indiqué que me dejara donde estaba la estación de Metrobús enfrente de la plaza comercial donde nos encontramos por primera vez. Esa estación está a unos pocos pasos de la entrada de mi fraccionamiento, pero le quise hacer creer que tomaría el Metrobús por precaución. Se detuvo justo en las escaleras del puente peatonal que te lleva al andén del Metrobús, alrededor de esas escaleras hay muchos puestos de tacos y tortas.
“Adiós amor” le dije inclinándome hacia el para besarlo.
“Nada de amor puta, abre el hocico” le hice caso, se escuchó como jaló saliva y escupió un gargajo grande dentro de mi boca. “Si te vuelvo a ver en la calle te violo y te meto una madriza de esas que sé que te encantan pendejita, puta mierdera. Bájate de mi carro hija de la chingada” Aunque lo dijo con voz fuerte y seca. Sentí algo de burla y satisfacción en su tono de voz.
Me tragué su regalo y me bajé del taxi algo asustada.
Desde el momento en que abría la puerta sentí la mirada de todos los que estaban comiendo en los puestos y de los que los atendían. Ya varias veces había comprado ahí, estaba segura de que varios me reconocerían. Escuché ...