Humillada en la biblioteca de la Universidad
Fecha: 31/07/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: AlexKing, Fuente: CuentoRelatos
... cabeza, buscándome. Hice un pequeño sonido de carraspeo y ella se dio la vuelta para mirarme con rapidez, aterrada por quien pudiera ser. Pero cuando vio que era yo, se relajó de nuevo y permaneció en silencio.
Me acerqué a ella y comencé a acariciar sus pechos a través de su sostén. Levantó las manos y las puso detrás de su cabeza y cerró los ojos. Le di la vuelta y continué masajeando sus senos mientras presionaba mi erección entre sus nalgas.
Lentamente me alejé de ella y con un simple gesto ella entendió que debía bajar sus brazos. Manteniendo la mirada hacia mí, comenzó a acariciarse y a deslizar una de sus manos al interior de sus bragas. Su boca se abrió lentamente mientras su mirada, sin dejar la mía, se volvió hacia adentro, perdida en la mezcla de placer y vergüenza que encontraba tan irresistible. Si alguien hubiera venido en ese momento y le hubiera sorprendido masturbándose frente a mí en sujetador y bragas, se habría sentido devastada, pero la posibilidad de que tal cosa sucediera obviamente le excitaba mucho.
Decidí empeorar un poco la situación y dando un paso adelante, me arrodillé frente a ella y lentamente le bajé las bragas para que quedaran a mitad de sus muslos, dejando su coño expuesto. Mantuvo sus ojos en los míos y solo hizo un pequeño sonido, un gemido. Permanecí arrodillado por un rato, mirando su mano, ahora visible, deslizándose dentro y fuera con suavidad.
Volví a ponerme en pie, aún muy cerca de ella, aun sosteniendo su mirada, ...
... mientras desabrochaba mis pantalones y sacaba mi polla, rodeándola con los dedos de su otra mano. Dejé que me acariciara por un rato mientras continuaba tocándose a sí misma.
Puse mi mano sobre su cabeza y presioné suavemente hacia abajo. Inmediatamente cayó de rodillas, pensando que yo quería que empezara a usar su boca. En cambio, puse mi mano en su frente y no le permití acercarse. Confundida, soltó mi polla y se apoyó en sus manos, sin saber lo que era lo que yo quería. Empecé a empujarla hacia atrás hasta que ya no pudo mantener el equilibrio sobre sus manos y cayó sobre su espalda con un pequeño grito, sus piernas se desplegaron debajo de ella.
Ella me miró desde el suelo, parpadeando detrás de sus gafas y respirando con dificultad. Abrí sus piernas con facilidad, luego me paré entre sus rodillas y comencé a masturbarme.
Yo también estaba un poco nervioso, así que no traté de contenerme. Y de todos modos, la mezcla de terror y excitación en su rostro, combinada con su posición y estado de desnudez, fue más que suficiente para llevarme al orgasmo. Sandra parecía casi petrificada cuando derramé mi semen sobre ella: unas pocas gotas cayeron hasta la punta descubierta de su barbilla, algunas en su sostén y el resto en su estómago, además de un poco en coño.
Volví a abrocharme los pantalones y me alejé. Sandra volvió a preguntarse si me estaba yendo, quizá aterrada ante la idea de que haría ella desnuda y llena de semen si yo me iba. Pero solo fui a buscar su ...