1. Sorpresa al llegar a casa


    Fecha: 17/08/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Edu y Pam, Fuente: CuentoRelatos

    ... te dedicabas a chuparle su ya enhiesto pene. No tardó en encontrar el camino y, con algo de saliva en sus dedos, te comenzó a frotar tu culito, caricia que te hizo levantar la cadera y abrir más tu compás para que él pudiera acceder plenamente. Verlo tocarte era excitante y ocasionalmente sacaba yo mi pene de tu vagina para rozar tu culito y humedecer lo suficiente para que sus dedos siguieran sacándote nuevos suspiros y sensaciones especiales.
    
    Te dejabas hacer, y pronto, Jorge metió dos dedos en tu culito, con los que te empezó a coger suavemente. Eventualmente, soltaste su ya muy dura verga para exhalar al sentirte invadida, y regresaste a chupar su pene con mayor intensidad. Tu cara denotaba deseo de más placer y así se lo hice ver a Jorge.
    
    Me incliné hacia tí, te besé y te dije que te iba a voltear para ponerte encima de mí. Te abracé y rápidamente hice ese giro, quedando ahora yo acostado sobre mi espalda, contigo montando mi pene.
    
    Inmediatamente, Jorge entendió su rol y se acercó a lamer y seguir cogiendo tu culito con sus dedos. Al hacerlo, ocasionalmente Jorge le daba una lamida a mi tronco y a mis testículos, lo que se sentía muy especial y me dejaba ver que habría otras posibilidades.
    
    Las caricias de Jorge fueron haciendo efecto y tú ya empujabas la cadera para sentir más fuerte mi penetración. Te jalé hacia mí, y luego de besarte, te pregunté si ...
    ... le querías dar tu culito a la verga de Jorge y me dijiste que sí. "Pídeselo", te dije. Te incorporaste un poco, tomaste su verga de nuevo, la metiste a tu boca y la chupaste para ponerla más dura, para sacarla y lamer a todo lo largo y sintiendo en tu lengua sus venas marcadas en el tronco, calentando más, si aún eso era posible, a Jorge. Él no dejaba de coger tu culito con sus dedos y provocarte más orgasmos.
    
    Entonces, sujetando su pene con la punta en la comisura de tus labios, volteaste a él y le dijiste:
    
    -mete tu rica verga en mi culito.
    
    Jorge se separó de ti, se puso detrás tuyo, colocó la punta en tu ano y comenzó a hacer presión para alojar el glande. Tu cuerpo tembló de excitación sintiéndote penetrada por esa punta gruesa, y un nuevo e intenso orgasmo se hizo presente en ti, mojándonos profusamente y sintiendo vibrar de la excitación.
    
    No terminaba de penetrarte Jorge, cuando tu cuerpo cayó desfallecido sobre mi pecho, entre gemidos ahogados y el sudor perlando en cada centímetro cuadrado de tu piel.
    
    Apenas te recuperabas, Jorge empezó a empujar más para alejar todo su miembro en tu cuerpo. Yo podía sentir en tu interior su desplazamiento a través de esa fina pared que separa tu culito de tu vagina.
    
    Levantaste la cara y me alcanzaste a decir:
    
    -Bien sabes como me gusta sentirme así.
    
    Y me besaste con pasión.
    
    La noche prometía para más... 
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