Un masaje lésbico inolvidable
Fecha: 24/08/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: IgnaciaMiau, Fuente: CuentoRelatos
He visto que les ha gustado mi primer relato, por esto les contaré un encuentro fascinante de mi vida, ojalá les guste.
Siempre suelo tener dolores de espalda y cuello, debido a que paso grandes períodos de tiempo sentada revisando exámenes de mis alumnos, o bien dando clases en salones, por ello, suelo ir a una masajista, que me dejan como nueva la espalda y el cuello, siempre asisto donde una señora ya mayor de unos 60 años, tiene manitos de monja, un día viernes, ya terminando la jornada de la universidad tipo 7 pm, me disponía a asistir donde la señora masajista, ya había reservado mi cupo, estaba todo listo, el lugar es un departamento mediano, que tiene varias piezas pequeñas donde recibes los masajes de forma privada, tiene una sala donde te debes duchar y colocar una toalla pata entrar a la sala privada donde te espera la masajista.
Al llegar, recibí la mala noticia que la señora que siempre me atiende no estaba, y en su remplazo, había contratado a otra chica, ya había llegado no podía rechazar la oferta, entre a la sala, me desvestí por completo y duche, me coloque la toalla, y me fui a la habitación, me recosté boca abajo a la espera de la masajista, hasta que sentí el crujir de la puerta, señal de que alguien estaba entrando...
-Hola, mucho gusto soy Madelin, tu masajista de hoy.
-Hola Madelin, ojalá tengas así manitos de ángel como tu jefa jeje, suelo ser su clienta frecuente.
-No te preocupes lindura, te dejaré como nueva, solo disfruta el ...
... masaje.
Al girar mi cabeza para mirarle, llevaba puesto una blusa muy larga que llegaba jnls dedos sobre su rodilla, sin manga, tipo sudadera, era una chica joven de unos 24 años, venezolana, de piel muy rosadita, cabello rizado, casi no tenía busto, muy delgada, de piernas delgadas y largas, tenía un lugar en su nariz
-¿cómo se llama usted señorita?
-Me llamo Ignacia, ¿cuánto tiempo llevas haciendo masajes Madelin?
-Que lindo nombre, me gusta. Llevo haciendo masajes desde que era pequeña, me ganaba la vida así en mi país, llegué hace poquito aquí.
-Has de hacer unos masajes increíbles de tan pequeña haciéndolos, quedo en tus manitos.
-Usted no se preocupe, se como dejarla como nueva y feliz, disfrute de mis manos.
La chica comenzó a aplicarme el aceite aromático, desde la punta de pies los masajes lentamente dedo por dedo, subiendo a la planta y suavemente hacia arriba de mi pierna, se sentía muy suaves sus manos, y tocaba cada centímetro de piel, lo sentía algo extraño a como lo hacía la señora...
Poco a poco fui sintiendo algo extraño, cuando iba subiendo por mis rodillas hacia arriba, iba abriéndome las piernas poco a poco, acariciando mis muslos, deslizando sus dedos suavemente, sus manos se sentían muy cálidas, al llegar casi a mi trasero, se detuvo.
-señorita Ignacia, puede aflojar la toalla por favor, necesito quitarla pata seguir.
Me extrañó, la señora nunca me quitó la toalla, menos me había masajeado el culo, era la primera vez que alguien lo ...