Depilada por mi primo
Fecha: 07/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Indiacaliente, Fuente: CuentoRelatos
Mi primo y yo llegamos a vivir al Caribe al mismo tiempo, yo vine buscando chamba de cocinera, me encanta la cocina y el aroma de los cuerpos cuando están trabajando en el calor.
A los pocos días me escribió mi primo si salíamos por un vinito o cerveza y dije ¡va! un vino en la playa. Charlamos un buen, y recordamos una anécdota de cuando él rozó mis nalgas en una fiesta familiar y me dijo que se quedó con ganas de sentirlas más de cerca, a lo cual me reí, pero mi conchita se mojó de recordar aquel episodio.
Llegamos a casa seguimos tomando. Ya estábamos algo ebrios y me dijo que no quería llegar a casa de su mamá así porque luego se enojaba que tomara y como no tenía cama, le dije: o te acuestas en el suelo o en la hamaca conmigo, si no tienes problema compartíamos la hamaca. Él respondió que si. Ya en la noche sentí un poco de frío y creo él también que me abrazó y sentí su erección entre mis nalgas y de repente sus manos en mi conchita y dormimos así.
Al amanecer era mi día de descanso, teníamos resaca y le pregunte ¿Qué quieres comer? y me dijo que le hiciera un caldo de camarón y que el compraba unas cervezas para curarnos la resaca de anoche.
Desayunamos y yo entré a bañarme, me iba a depilar para ir a la playa más tarde, pero afeitarme la conchita es de las cosas que menos me agrada hacer, así que de la nada le dije ¿Primo, me puedes hacer un favor? y él dijo: claro.
Y se quedó helado cuando le dije ¿Me puedes depilar mi conchita...? Se saco de onda, y ...
... me dijo que nunca había depilado a ninguna mujer y le dije que yo iba a explicarle cómo hacerlo, a lo que accedió.
Ya en el proceso, entramos al baño y empezó. Las manos le temblaban y vi como se le paro el pito, me empecé a reír le dije que no era para tanto, que mejor aprendiera para cuando su chica se lo pidiera él ya sabía que hacer.
Y así empezó a afeitarme suavemente, yo estaba sentada en una silla muy abierta, me puse a leerle un texto sobre un ensayo de cocina caribeña mientras él me afeitaba, le pregunté que opinaba de mi texto, a lo que respondió: no te escuché, estoy concentrado afeitando tu conchita.
Finalmente termino y toco las paredes de mi conchita a lo cual yo ya estaba húmeda, pero no quería decirle que verlo ahí depilando mi conchita me puso caliente, no quería que pensara que era una puta, calienta huevos.
Le di las gracias y le dije “me voy a bañar, te puedes salir”, a lo que accedió. Actué según yo de lo más normal.
Seguimos tomando cervezas, ya andábamos enfiestados nuevamente y le dije “vámonos a la playa”. Me puse un traje de baño de tanga y nos fuimos a una playa solitaria, estuvimos todo el día echados al sol, platicando y de repente sentía su mirada en mis nalgas, y si lo estaba provocando, pero gustaba esa sensación de mostrarme, pero que no me tocara. Hasta que en un punto me dijo ¿Puedo olerte el culo, quiero meter mi nariz en tus nalgas? Y le dije ¿En serio? Me dijo si, me encanta hacerlo.
Esa sensación de sentir su nariz en mi ...