Rutina de gym con final feliz (mi primera vez)
Fecha: 26/10/2018,
Categorías:
Gays
Autor: tonyslife, Fuente: SexoSinTabues
... para mi sorpresa era el mismo chico de antes, en mi mente solo repetía una cosa sin parar “No lo mires, no lo mires, no lo mires”. Pero es obvio que no me pude contener y nuevamente voltee para mirar ese cuerpazo casi perfecto, ahora que estaba más cerca podía ver mucho mejor sus atributos, unas piernas de futbolista, un culazo redondo y perfecto, espalda ancha y abdomen marcado… tengo que admitir que me lo estaba pasando en grande, cuando llegue a sus rostro me di cuenta que nuevamente él me había descubierto mirándolo, y esta vez me sentí tan avergonzado que incluso me ruborice un poco. Los siguientes minutos me los pase intentando no mirarlo, pero mi fuerza de voluntad era prácticamente nula, lo miraba de reojo y en varias ocasiones me di cuenta que él estaba mirándome, cuando reuní suficiente valor para mirarlo directamente nuestras miradas se volvieron a cruzar, me quede mirándolo durante unos segundos pero no pude escuchar lo que decía porque la música en mis auriculares estaba sonando muy fuerte. -Disculpa ¿decías algo?-. Pregunté mientras me quitaba los auriculares. -Te preguntaba si es tu primer día en este gym, no te había visto antes-. -No, en realidad siempre vengo por las tardes. Seguí trotando intentando disimular lo emocionado que estaba porque ese chico me hubiese hablado, hasta su manera de hablar era sexy. Después de un rato me preguntó que musculo trabajaría ese día y al decirle que pecho y bíceps sonrió y me dijo que él también, y como si no fuese ...
... suficiente me propuso entrenar juntos lo cual acepté sin dudarlo ni un segundo. Bajamos de la caminadora y fuimos al área de pesas, en el camino aprovechamos para presentarnos, me dijo que su nombre era Kevin y tenía 20 años. Comenzamos ejercitando en el banco plano con la barra, Kevin levantaba más peso que yo y quería que le llevara el ritmo, yo por no quedarme atrás lo hacía y lo que más me encantaba de la situación es que cuando lo lograba él me daba una palmada en el pecho o en la espalda como motivación. Seguimos entrenando y charlando y poco a poco íbamos entrando en confianza a mientras nos íbamos conociendo, yo no podía dejar de mirarlo y para este punto ya me había dado cuenta de que él también me estaba mirando mucho, incluso en una ocasión lo descubrí mirándome el culo mientras yo trataba de colocarle un disco a una de las maquinas de ejercicio. Para terminar la rutina como siempre tocaba abdominales; para el último ejercicio literalmente no podía con mi alma, Kevin sí que entrenaba duro para tener ese cuerpazo. En mis últimos diez abdominales cuando estaba por rendirme y no seguir Kevin se puso justo encima de mí con cada una de sus piernas a mis lados y me decía frases como “vamos tu puedes”, cada vez que subía me encontraba frente a frente con su paquete y debo admitir que se veía muy grande, este chico me estaba poniendo muy caliente. Cuando terminé Kevin me dio la mano y me ayudo a pararme, nos quedamos un rato allí descansando un poco, ir al gym a esa hora estaba ...