1. El profe


    Fecha: 06/10/2024, Categorías: Hetero Autor: Jcasf, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasé muy bien. Luego de un tiempo regresamos agitados a la barra, para mi sorpresa vació de un trago lo que le quedaba y pidió un par más.
    
    — ¿Vas a estar bien? — le pregunté, pues la veía notoriamente ebria.
    
    — ¿Acaso usted mi profe no me va a cuidar? — me contestó, con lo que mi morbo se despertó sin control. Tenía a una belleza apenas adulta a mi merced.
    
    Charlamos y bailamos un poco más, en un descuido suyo me aseguré de pagar lo que se debía y le propuse acompañarla a tomar un taxi, ella asintió.
    
    Aún conservaba algo de cordura, así que pensé en llevarla a la avenida más próxima, embarcarla en un taxi que parezca seguro y luego yo marcharme a casa que desde luego estaba muy cerca de esa misma avenida.
    
    — Ha estado divertido pequeña Daniela — le dije mientras caminábamos, ella me tenía agarrado del brazo, por nuestra diferencia de tamaños aparentaba menos edad, si no fuese por sus redondeces cualquiera hubiese dicho que era una adolescente.
    
    — ¿vives cerca de aquí? — me preguntó como arrastrando algunas palabras, consecuencia del alcohol.
    
    — Si, vivo en ese edificio de allá — le señalé el condominio donde se ubicaba mi departamento, estábamos ya muy cerca.
    
    — Quiero ir al baño — me dijo apretándome un poco más el brazo y mirándome con total sinceridad.
    
    Mi mente se puso en blanco por un instante, ¿quería ir al baño? o ¿era una indirecta para ir a…?, seguimos caminando de largo, la acerqué a mí abrazándola por los hombros.
    
    — Claro, te presto el baño ...
    ... de mi departamento —le dije, ella asintió sonriéndome, la sangre me empezó a subir a la cabeza, a ambas cabezas.
    
    Caminando me percaté que cada dos por tres ella perdía el equilibrio, ingresamos al condominio y empezamos a subir las escaleras, sus zapatos de tacón dificultaban el ascenso, en un escalón casi caemos así que la abracé aún más. Y de pronto, así sin más, levantó los brazos colgándose de mi cuello y me besó. Yo correspondí, con mi lengua separé sus labios y le comí la boca, sus labios carnosos se movían sorbiendo mi lengua, yo jugaba con la suya.
    
    Grada a grada subimos besándonos, mis manos inquietas le acariciaban la espalda, me decidí a bajar un poco más y le toqué el inicio de las nalgas, esas redondas nalgas se me antojaron perfectas, la sensación de la tela subiendo y bajando mientras mis manos masajeaban su culo me incendió por dentro. Llegamos a mi piso y no sabía si detenerla para ingresar o buscar mi llave a ciegas, no quería separarme de ella, no quería que esa magia se esfumara. Para mi sorpresa sus pequeñas manos soltaron mi cuello y empezaron a tocar mi entrepierna, ella algo quería y yo desde luego que se lo daría. Dejé de besarla en la boca y pasé a morderle el cuello, eso siempre me ha funcionado, con mi mano izquierda le agarré una nalga para que no se liberará de mi cuerpo y con mi otra mano me bajé el cierre del pantalón, hice a un lado mi ropa interior y saqué mi pene, ella lo tomó de inmediato con su manita y soltó un gemino. Mi falo es ...
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