1. El profe


    Fecha: 06/10/2024, Categorías: Hetero Autor: Jcasf, Fuente: CuentoRelatos

    ... curiosear, su vagina estaba más que humedecida, los labios pequeños estaban separados por la misma disposición que tenía su cuerpo, la froté por encima y ella volvió a gemir, separó un poco sus piernitas con lo que me facilitó tocarla aún más. Debería haberme comportado mejor, pero me corrompía el deseo, así que sin previo aviso la agarré por las nalgas, que se me antojaron duras, y la levanté en el aire hasta ponerla por encima de mi falo, la hice descender encajándola y penetrándola de un solo tirón. Ella soltó un grito, por la sorpresa y por el dolor en igual medida. Había enterrado mi masculinidad en aquella pequeña criatura y ella por muy húmeda que hubiese estado había recibido más de lo que solía acoger. Nos quedamos quietos un instante, su carita era de sorpresa total, me reproché por apurarme y haber sido tan tosco; de pronto se colgó de mi cuello con sus manos y empezó a mover muy ligeramente su cadera hacia adelante y hacia atrás. Tomé eso como la aceptación de que deseaba más, así que aun cogiéndola de las nalgas la volví a levantar y la hice descender, lo hice de nuevo y de nuevo. Ella puso una mueca de gozo que me incentivó a aumentar el ritmo, sus piernitas rebotaban cada vez que su cuerpo caía y era nuevamente levantado, ella me acompañaba sujetándose de mi cuello y moviendo su culito de adelante hacia a atrás, era toda una jinete cabalgando. Habíamos acelerado el ritmo, de repente ella hundió sus uñas en mi cuello, rodeó mi cadera con sus piernas y echo la ...
    ... cabeza hacia atrás con un gemido largo de placer, sentí que le estaba dando calambres y se humedeció aún más, me detuve un momento mientras ella paraba sus espasmos, yo estaba a punto de venirme también, pero lo no haría dentro de ella, se la saque y senté a la nena en el sillón acercándole mi verga a la cara, justo como habíamos empezado. Ella entendió lo que quería y se puso a mamar, como una loca aceleró el ritmo y levantó la vista, cruzamos las miradas y ese fue el detonante. Una abundante cantidad de leche le llenó la boca, ella aguantó cuanto pudo y luego se la sacó, dejó que otros chorros le cayeron en la cara. Para mi sorpresa recibió todo con gusto, besó la cabeza, la siguió lamiendo, dando pequeños besitos en el tronco. Se la quité un instante y le di pequeños golpes cariñosos en la cara usando mi verga, era mi ritual de marcado de territorio. Ella se dejó hacer, luego se puso a mamar de nuevo.
    
    En mi poca lucidez pensé que era hora de irnos a dormir, no quería hablar ni preguntarle nada que pudiera romper el hechizo, la nena estaba notoriamente somnolienta, eso aparte de ebria y con la barriguita llena. La tomé de la mano y la llevé a mi dormitorio, ella se dejó conducir, la dejé un instante en la cama y fui a recoger un edredón más grande para dormir cómodos, fue cosa de segundos. Cuando regresé la encontré en posición de perrito, con la cola apuntando hacia la puerta, tenía la cintura bien quebrada por lo que las nalgas se separaban y daban un espectáculo difícil ...
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