1. Maestra particular


    Fecha: 26/10/2018, Categorías: Hetero Autor: Ulpidio_Vega, Fuente: CuentoRelatos

    ... de buscar un libro en la biblioteca, se subió a una silla, se puso en puntas de pie y me dejó ver todo su culito bien formado. Cuando estaba por bajarlo, se le fue de las manos y se le cayó. Al caer rompió varios adornos de los estantes. Fue mucho más ruido que nueces, pero me sirvió como excusa para entrar al escritorio a ayudarla.
    
    "Me duele por acá"; me dijo señalándose la entrepierna. Y con una de sus manos, agarró una de las mías y se la apoyó en uno de sus muslos, bien cerca de su pelvis. Pude sentir el calor de su sexo y largó un gemido cuando le rocé la bombacha con uno de mis dedos.
    
    Advertí que esta mocosa estaba muy caliente, pero no podía hacer nada con mi hija allí adelante. Después de esos segundos, los más largos de mi vida, la tomé de las muñecas y la ayudé a incorporarse. Ella se tambaleó y me tomó por el cuello con sus dos brazos.
    
    "Agustín, disculpá, pero estoy un poco mareada". La senté en una silla y le traje agua. Cuando se sintió recuperada, le pedí un taxi para que la llevara a su casa. Me preguntó si podía venir a la tarde, le dije que encantado pero que mis hijos no iban a estar porque se iban al zoológico con mi hermana.
    
    "¿Y vos te vas a quedar solito?", me preguntó otra vez con tono de perra antes de subirse al taxi. Le respondí afirmativamente y cuando se fueron los chicos, me tiré en la cama con la intención de hacerme una buena paja.
    
    Había arreglado con mi hermana que se quedara con los chicos hasta el domingo a la tarde. Me los ...
    ... traería a la hora en la que Lorena había combinado con Florencia la clase del día siguiente. Yo estaba muy caliente, así que me preparé un baño y me puse a ver los avisos clasificados para conseguir alguna mujer para esa noche.
    
    Tenía toda la casa de mi ex para mí, pero había decidido dormir en mi departamento para evitar cualquier encuentro con mis ex vecinos. Cuando salí de la ducha, escuché el timbre. Maldije porque pensé que algo les había pasado a mi hermana y a mis hijos, pero afortunadamente estaba equivocado. Era Lorena, con el mismo vestido, pero con el pelo suelto. Yo estaba solo cubierto con una toalla y le pedí que pasara y me esperara mientras me cambiaba.
    
    "¿No querés que te seque?", me preguntó cachonda. Y deslizó su mano por debajo de la toalla hasta encontrarse con mi pija erguida. “A ver qué tenemos por acá. En Anatomía esto se llama pene: objeto delicioso que las mujeres amamos comernos para ponerlos más duros”, enunció.
    
    Dicho esto se arrodilló ahí mismo en el palier y mi pija le quedó a la altura de su nariz. “Huele rica, está recién bañada”, dijo. “Secámela, pero con la boca. Ella se desató el vestido por el cuello y dejó caer su parte delantera.
    
    Sus pechos se liberaron y como estaba haciendo presión con sus dos brazos, no pude resistir la tentación de tratar de acomodar mi pene en la canaleta que se formaba entre teta y teta. "Te voy a secar con la lengua y los pezones", me avisó.
    
    Y con suma suavidad fue recorriendo todo mi cuerpo con sus pechos ...