Más allá de la amistad / Sobreviví en la gran ciudad
Fecha: 18/10/2024,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Lechoncito, Fuente: CuentoRelatos
Más allá de la amistad:
Era una tarde veraniega, volvíamos de la playa al camping.
Mi amigo André y yo nos conocimos en la juventud y nos hicimos inseparables, ese día mientras recorríamos en trayecto de 4 kilómetros, en la mitad del camino aproximadamente nos encontramos una chica haciendo dedo (autostop), cruzamos un hola y algún piropo, y la conversación se animó, luego de un rato charlando la convencimos para que pasara la noche con nosotros en el camping.
Cenamos, y luego de varias cervezas la cosa se puso animada, entramos los tres a la tienda ya casi sin ropa y por alguna razón que aún hoy no sé, Elisa quería sexo conmigo solo.
Pues así empezamos, besos y caricias, mi boca comenzó a recorrer su piel que era de un color rosa y suave como el algodón, sus curvas eran mágicas y sus pechos disfrutaban de mis besos y mi lengua se metía en cada parte que me abría, cuando llegué a su fuente de lujuria mis dedos y lengua no dejaban de gritar y pedir más.
A todo eso, André se mantenía a un lado, esbelto, desnudo y excitado de una manera tan loca, que mis ojos solo lo miraban a él.
Yo ya había tenido alguna experiencia bisexual pero con desconocidos siempre.
Elisa, loca de placer y cerveza empezó a saborear de mi erecta daga que deseaba penetrar en su herida, pero mis ojos y mi boca solo deseaban esa maravilla sudada, resplandeciente y enormemente erecta que tenía frente a mi.
Me fui moviendo mientras Elisa y yo nos revolcábamos en gemidos y baile de ...
... caderas, cada vez más cerca de André.
Cuando estuve pegado a él, fue algo irracional, mi lengua empezó a recorrer su vena de arriba hacia abajo, mi boca se llenó de su carne y mientras bailaba con Elisa disfrutaba de mi mejor mamada.
Si olor a hombre, su sudor y su semen se me mezclaron en toda mi boca y cara, mientras Elisa gemía y saboreaba mis jugos también, André estupefacto al principio, se soltó y sus manos y dedos mágicos comenzaron a recorrer mi cuerpo hasta descubrir mi más profundo secreto que siempre había estado cerrado para el resto de humanos.
Y casi sin darnos cuenta estaba yo en posición de perrito, disfrutando de toda la potencia de André dentro de mi cuerpo, en un devenir prolongado, entraba y salía de mi y mis gemidos eran de un placer nunca vividos, Elisa, participaba del juego y me dejaba disfrutar de sus dedos húmedos, de su pecho y de su fuente de placer.
Esa noche me convertí en el amante de André durante meses.
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Sobreviví en la gran ciudad:
Antes de los sucesos con André, en mi anterior relato, viví una situación penosa que me llevó a descubrir mi lado homosexual.
Con 18 años me escapé de mi casa y junto a André decidimos irnos a la Gran Ciudad.
Supuestamente íbamos a quedarnos en la casa de un familiar de André, pero las cosas se torcieron y terminé durmiendo en la calle, sin un peso, en pleno invierno y sin trabajo. Pase varios días hasta que un sereno de un garaje de coches (que me permitía dormir dentro de un ...