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Jardinera
Fecha: 24/10/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Es muy bella, la vi en el parque con su hijo. Me dijeron que era divorciada y estaba muy buena. Con su minifalda y las botas casi hasta la rodilla llamaba la atención. Un jersey fino, muy ajustado, casi traslúcido que insinuaba la forma de sus senos. Al día siguiente iba con un pantalón vaquero tan ajustado y fino que se le marcaba el tanga perfectamente cada vez que jugaba con el pequeño. Todo un espectáculo que la mayoría de las otras madres miraban con desaprobación, envidia y alguna de ellas, por qué no con deseo. Que era exactamente la mirada que había en los pocos padres y en mis compañeros jardineros. En casi todos los hombres que paseaban por el parque. Bueno puede que el párroco de una iglesia cercana no la mirase con ese deseo, pero tampoco estoy muy segura. Yo era la más joven de ellos, recién contratada para convertir mis vacaciones de verano en algo rentable. Aprovechaba el calor reinante para anudarme el mono de trabajo a la cintura, lucir mis brazos y pecho musculoso, y los pequeños senos bajo la camiseta de algodón. Sin sujetador mis pezones se marcaban adrede en la fina tela. Aprovechaba para broncearme durante las horas de trabajo. A la vez que el duro trabajo con la pala, las podaderas y todo lo demás me permitía cuidar la musculatura sin pagar un gimnasio. También me fijaba en las miradas de deseo y envidia que mis curvas y definidos músculos levantaban entre los que frecuentaban el enorme parque. Me gustaba llamar así la atención. Yo ...
... era la única chica que habían contratado ese verano y solia atarme el mono de trabajo a la cintura. Como había pedido una talla menos que la mía el culo se marcaba bien en la ajustada prenda Dejaba ver la camiseta de tirantes sin sujetador que me ponía para trabajar. Sabía que mis compañeros me miraban y deseaban. Sabía que algunas de las madres, padres y algunos de los chicos mas mayores también me echaban miradas jugosas o se las echaban entre ellos. El calor del verano hacía de ese frondoso parque un lugar muy sensual. Ese día ella iba especialmente sexi, un top ocultaba a duras penas sus pechos. Pero dejaba al aire su vientre plano y unos pantalones cortos de los que salian sus preciosos muslos. El niño se arañó una rodilla justo a mi lado. Al oír su llanto, sin perder un segundo, fui a atenderle y ella llegó al poco tiempo. Me faltaban unos minutos para salir y amablemente me ofrecí a ayudarla a llevarlo a casa. - Solo se ha arañado la rodilla, no parece nada grave. Terminó el diez minutos te puedo ayudar a llevarlo a casa. - Eres muy amable. Creo que puedo apañarme. No quiero molestar. - No es ninguna molestia y con el disgusto que lleva el pobre te va a costar. - Si de verdad no te importa. Te esperamos. Por cierto soy Bea. - Yo Sandra, encantada. Me lo agradeció con una sonrisa deslumbrante. Me cambié de ropa volando y me cargué el niño a la espalda a caballito. Ya se le había pasado el disgusto. Su casa no estaba lejos y tras hacerle una ...