A veces el corneador llega temprano
Fecha: 29/10/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: Complice, Fuente: CuentoRelatos
Tenemos un macho Alfa en la familia que se coge rico a mi esposa. Como yo soy cornudo estoy feliz con esa situación. El suele llegar a la hora en que ya hemos acostado a ambos nenes, para así estar nosotros desocupados e ir directo al dormitorio durante algunas horas. Pero a veces ocurre que él se decide a venir temprano, y siendo el quien manda lo aceptamos sin problema. Yo estoy atento en ese caso a que en algún minuto mi esposa me va a hacer el signo acordado y yo tengo que entretener a los nenes y mantenerlos ocupados hasta que ella reaparezca.
Es deliciosamente humillante para mí el hacer de entretenido padre mientras yo sé que él se la lleva al dormitorio y le pega una buena cogida rapidita a su estilo: contra la pared, tomándola fuertemente del cabello con una mano y con la otra gozando de sus tetas. La sabrosa puta se le entrega rico ya que sabe que más tarde él se la cogerá de una mejor manera en la cama, y con todo el tiempo del mundo. Luego ella vuelve, aún ordenándose el cabello y disimulando para que los nenes ni sospechen que ella acaba de ser la puta gratis del tío, ni sepan tampoco que la llenaron de leche en alguno de sus agujeritos.
Mientras mi esposa está en la cocina o habla con nuestros hijos, yo me acerco a mi compadre para que me cuente los deliciosos detalles de la cogida. Me da morbo estar en la sala de mi hogar y que el semental de mi esposa me cuente como y por donde le metió la verga. No sé si intencionalmente corro ese riesgo para que a ...
... la larga nuestros hijos descubran que yo soy un marido cornudo y que a su mamita le gusta más tener sexo con nuestro amigo que conmigo. Pienso que tarde o temprano ocurrirá y que será un alivio ya no andar disimulando.
En la habitación, y no solamente sobre la cama, él se la coge rico, morbosamente, dominándola. Mi esposita goza de ese trato que la derrite de placer. Yo me mantengo cerca, pero no encima. Ellos son la pareja y yo el voyerista que me siento maravillosamente humillado de masturbarme y que ellos me vean como un perdedor cuya leche cae donde sea. Luego de un largo, morboso y exquisito rato ellos acaban, y al descansar mi esposa se mantiene apegada a él indicando que él es el macho que la deja satisfecha como a ella le gusta.
Yo observo lo complacido que el esta, y veo el brillo de su propia leche en la verga. Mi mujer está feliz, con el chochito abierto, y en algunos segundos más aparece lo que yo espero: la leche de mi corneador sale de dentro de mi mujer y va bajando hasta hacer una pocita debajo de mi linda esposa. Los tres hemos logrado lo que queríamos. Parte de mi voluntaria humillación es estar como sirviente de él, y traerle agua o alcanzarle su teléfono si me lo ordena.
La primera vez que hice eso ella lo calificó (estando luego a solas) como patético, pero yo me defendí diciendo que era parte de mi juego como marido cornudo, y ahora ella ya ha llegado a verlo como algo normal dentro del dormitorio cuando el semental nos visita. Nuestro compadre ...