-
Una lectora me cuenta cómo le comió el chocho a una amiga
Fecha: 27/10/2018, Categorías: Anal Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
Mi nombre es Roxi, soy una joven colombiana, pero vivo en Galicia con mis padres desde hace dos años. Mido un metro sesenta, soy bisexual, trigueña, todo curvas y me alivio leyendo tus relatos. Me gustaría tener sexo contigo para saber si al follar haces las cosas que escribes. P.D.- Puedes preguntarme lo que quieras. A su correo, le respondí: -Cuéntame cómo fue tu última relación lésbica y con quien. Su respuesta fue: La última vez fue también la primera. Volvía de clase con mi amiga Carmen y comenzó a llover de forma torrencial. Nos tapamos la cabeza con las carpetas, echamos a correr y nos abrigamos bajo un balcón. Al rato estaba toda la calle inundada. Pasó a todo gas una cabrona en un auto y nos bañó con el agua de una charca que se había formado. Carmen, mirando para el auto que se alejaba, dijo: -¡Maldita desgraciada! -Ojala se estampe contra una farola. -Mi casa queda a la vuelta de la esquina. ¿Vienes a secarte? Carmen, me gustaba, me gustaba mucho. Oyera algún comentario acerca de sus inclinaciones sexuales. En aquel momento decidí aclarar mis dudas. -Sí, pero antes dime: ¿Eres lesbiana? -Me gustan las chicas, sí. ¿Y a ti? Le mentí. -¡No! -Es bueno tener las cosas claras. ¿Vienes a mi casa o no? Mi padre y mi madre están trabajando. -¿Por qué me lo dices? -Para que no pienses mal al ver que no están, eso si vienes. -Voy. Carmen es una chica morena de ojos azules, largo cabello negro, guapa, más baja que yo, y ...
... tiene un culo precioso, y para él le miraba de camino a su casa. Al entrar en su casa sentí un calorcillo muy agradable y un fresco olor a pino. En la sala, Carmen, puso la carpeta encima de uno de los calefactores, y yéndose, me dijo: -Pon tu carpeta al lado de la mía. No tardó en volver con cuatro toallas de baño, dejó tres encima del calefactor y con la otra se puso a secar mi cabello. Comencé a temblar. Sonriendo, me dijo: -El tembleque no es de frío. Son los nervios. No te preocupes. No te voy a comer. Quita la chaqueta y la blusa. -No llevo sujetador. -Ya te dije que no te iba a comer. Me quité la chaqueta y la blusa y vio mis tetas con forma de pera, areolas negras y finos pezones. -Tienes unas tetas preciosas. Sonreí con nerviosismo, y le dije: -Gracias. Cogió la toalla que había puesto sobre el calefactor, se puso detrás de mí, y con ella calentita secó mi cuello, mi espalda, mi barriguita, y al final mis tetas. Me besó el cuello, le dije: -No. -Como quieras. Acaba de desnudarte. Al quitar la falda, las medias los zapatos y las bragas me estaba entregando y ella lo sabía. -Tienes un cuerpo maravilloso. -Gracias. Me secó las nalgas y me las besó. No la reprendí. Me secó las piernas. Me di la vuelta. Se agachó. Me secó el chocho, que tenía totalmente depilado y me besó el clítoris. Después se levantó, cogió otra toalla de las que estaban sobre el calefactor, y me dijo: -Sécame la cabeza. Enfrente de ella comencé ...