1. La chica de limpieza. Construcción, divino tesoro


    Fecha: 08/11/2024, Categorías: Sexo Oral Autor: El sabroseador, Fuente: CuentoRelatos

    ... erección de solo escucharla y supongo que ella lo notó porque me dijo que si nunca me lo habían hecho así a lo cual le dije que no. A manera de broma ella me dijo: pues cuando quieras. De inmediato sonreí y le dije: pues a la hora de la comida en la ambulancia si quieres. Ella solo dijo "ok, te veo en la comida".
    
    Yo no lo podía creer. Por un momento pensé que era broma o que solo me estaba calando a ver hasta donde llegaba. Pero la cosa es que ya no podía concentrarme, solo estaba viendo el reloj esperando que llegara la hora de la comida para poder comprobar si era cierto lo que me había dicho.
    
    Llegó por fin la hora esperada y la vi dirigirse a la ambulancia entre las sombras del estacionamiento. Yo ya estaba dentro y podía verla caminar y comencé a tocarme mientras ella llegaba. Tocó la puerta trasera y abrí de inmediato.
    
    Leti: ¿nervioso?
    
    Yo: para nada, pero a poco si lo vas a hacer, de verdad te gustaría chuparmelo? ¿Así nada más?
    
    Leti: claro, deseo ver tu verga y sentirla.
    
    Entonces ella se quedó sentada en el sillón de atención de vías aéreas y yo me levanté y me sujeté de las barras superiores. Ella muy diestramente desabrocho mi cinturón, mi pantalón y dejo mi bóxer nada más. Acercó sus labios tan hermosos y comenzó a darle besitos a mi ...
    ... pene que empezaba a crecer dentro del bóxer. Sentí su mano fría bajar mi bóxer y mi verga dio un pequeño brinco al ser liberada. Acercó su nariz hacia mi ingle y comenzó a jugar con su lengua por toda mi área genital. Sentía sus labios y su lengua jugando entre mis testículos y mi pene. Yo sentía que explotaba, literalmente. Después de todo ese juego comenzó a meterla a su boca y su calor y suavidad me pusieron más duro que una piedra. Ella empezó a mamar de una manera rítmica y rica que yo sentía que no podía más. Por instinto le metí la mano entre el suéter y pude sentir sus tetas tan ricas y suaves, no traía brasier entonces fue muy fácil. Estaba a punto de eyacular y ella se dio cuenta. Levanto sus ojos y no despegamos nuestra mirada. Podía ver como escurría semen de sus mejillas, de sus labios, de su boca. Veía como lo saboreaba y se lo comía que mi erección no bajó. Seguía listo para lo que fuera, pero la muy ingrata me dijo: guárdamelos. Los voy a querer diario. Se bajó de la ambulancia y me dejó super caliente.
    
    Cabe mencionar que a partir de eso y durante los siguientes dos meses disfrute del mejor sexo oral de mi vida cada noche a la hora de la comida.
    
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