Regreso a casa, pizza y más sexo con mis amigos (parte 6)
Fecha: 19/11/2024,
Categorías:
Gays
Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos
Nos quedamos dormidos la última hora de viaje en el micro hasta que entró en la terminal de nuestra ciudad ya cerca de las 22. Debíamos caminar unas pocas cuadras hasta mi casa y ya Nico estaba empalmado otra vez.
-Hdp, le dije, estás al palo de nuevo.
Me sonrió y me dijo que podríamos empezar en la calle, si quería.
-No, esperá que compramos pizza y comemos en casa, antes.
Entré solo en la pizzería, mientras Nico y Mateo se refugiaron detrás de un árbol en la oscuridad para besarse y acariciarse con todo. Lo llamativo era que Mateo había pasado del pudor y la reticencia a mostrarse como uno de los más fogosos de los tres.
Salí con la pizza y no los veía, así que me acerqué hasta el árbol y los vi franeleando y besándose con pasión. Me puse detrás de Nico, que tenía a Mateo abrazado contra el tronco y le apoyé mi bulto contra sus nalgas, a lo que respondió empujando hacia atrás y meneándose. Haciendo equilibrio para no volcar las cajas con las dos pizzas, me aferré con una mano de su cintura y me metí entre sus bocas para hacer el trío de lenguas y chupones que tanto me gustaba. Resoplando y bufando de la calentura, mientras les manoseaba los bultos a los dos, les dije que debíamos ir a comer porque las pizzas se iban a enfriar.
Muy a desgano, nos separamos y caminamos las dos cuadras que nos faltaban para llegar a mi casa. Entramos, cerré la puerta de calle con llave y pasador, para evitar sorpresas y nos quedamos en el pasillo franeleando y besándonos ...
... entre los tres.
-¿No tienen hambre?
-Sí, de pizza y de coger, me respondió Nico.
-Vamos por lo primero y después nos duchamos.
Me asombraba la docilidad de Mateo para dejarse llevar. Él también estaba muy caliente y llegamos a la cocina tocándonos los bultos y el culo entre los tres. Comimos rápidamente y nos tomamos una lata de cerveza cada uno. Pusimos la cocina en orden como pudimos y fuimos al baño. Nos desnudamos entre los tres, sin dejar de besarnos y acariciarnos, hasta que nos metimos en la bañera.
Me puse entre ellos para tener sus pijas y culos a manos, mientras les pasaba jabón por todo el cuerpo y nos pusimos a mil. Nico tomó el duchador, lo activó y lo apoyó en la puerta de mi ano, mientras yo me inclinaba a chuparle la pija a Mateo, que no dejaba de suspirar y estremecerse. Mientras Mateo me acariciaba la cabeza para cogerme oralmente, Nico me daba con el duchador, para limpiar el interior de mi culo, abriéndolo y cerrándolo alternativamente hasta que de mi ano sólo salió agua limpia, provocándome escalofríos de placer mientras me comía la poronga de mi vecino.
Intercambiamos posiciones porque Mateo se puso tenso y estuvo a punto de correrse en mi boca.
-Esperá, esperá, quiero que dure más, me dijo con voz ahogada por el deseo.
Apreté bien fuerte la base de su poronga, le di un par de lamidas profundas en su glande, que es lo que más me gusta y fui alzándome, besándole los abdominales, los pectorales, los pezones, en los que me detuve un buen ...