1. Frambuesas a la Crema [F32]


    Fecha: 09/12/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: minervaf, Fuente: RelatosEróticos

    ... su fluir me inundaba, su calor me desbordaba.
    
    Y sus palabras...
    
    Es que la verdad, cuánto puede importar el contenido si la intensión de sus susurros en mi nuca calaban y descalibraban mi sensatez en aquellos segundos en los que el grosor de su hambre mecía su ardentía entre mis labios en un juego malicioso listo para hacer aflorar las plegarias que bien convertiría en ordenes sin reparo.
    
    Y nos fundimos...
    
    El compás de los jadeos enmudecía cada vez que un incauto abría las puertas. El golpeteo de las pieles resonaba en las frías murallas y nos regresaba ese sonido envolvente que nos sumía aún más profundo en las opíparas embestidas. Mi cabellos entre sus dedos y su mano incrustada en mi cadera. Mis vista por sobre mi hombro buscaba con lascivia su mirada que batallaba por mantener la concentración tanto como yo lo hacía, pero era imposible por momentos, y la perdía junto a la decencia y al recuerdo de su nombre o lo poco que me había contado de sus vida.
    
    Mil rayos!, olvidé su nombre...
    
    Y una pícara lujuria me ...
    ... invadió en ese pensamiento, tanto como para aumentar mis pulsaciones, mi ajetreo, mis ansias, las sensaciones, los gemidos y el cosquilleo explosivo dominando mis carnes, chocando con su rigidez y decantando a través de sus pliegues y sus venas y el jadeo...
    
    Y aceleró...
    
    Y mis ruegos como ley de su hazaña, el roce de las pieles, el azote indómito, mis uñas, sus dedos, mi lengua, sus manos, mi cuello, su bramido y la atmósfera infractora, irresponsable y penitente acrecentó el torrente de su sangre.
    
    Y me advirtió...
    
    Entonces fue mi turno de rodillas al piso y los labios prontos al uso libre e indiscriminado de mi mandíbula ambiciosa de devolver la jugada, prestaron lengua, el revestimiento interno de mis mejillas y hasta las profundidades de mi cavidad con tal de obtener mi tan esperado premio; al fin esa delicia derramándose por mis comisuras, mezclada con la efervescencia de sus bufidos, con el jadeo y su espalda recargándose en la puerta.
    
    Tomé la tela arrancada y la entregué a sus manos; frambuesas a la crema. 
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