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Sexo en el metro de la CDMX
Fecha: 20/12/2024, Categorías: Confesiones Autor: Karen Hernández, Fuente: CuentoRelatos
... asombrada, pero así pasaron las cosas, no podía hacerme del rogar La cama algo cómoda, parecía toda una puta entregándome a un extraño literalmente de la calle, pero no era la primera vez en eso y de la nada empecé a mega lubricar es cuando me empieza a besarme en todo el cuerpo y me deje llevar tal cual, me quita los leggins que ya estaban algo mojados a tal grado que ya me colgaba y salía del calzón un hilo lubricante vaginal!! La señora me acerca a la cama una faldita y unos tacones de acrílico que tenían en el ropero, había mucha ropa de ese tipo. Mija, aquí te dejo algo de ropita y unos tacones para que atiendas a tu cliente como debe ser como las demás y por cierto aquí hay condones. Me saco de onda eso, pensó que yo era una sexoservidora, pero fríamente era lo que estaba haciendo, le di las gracias y procedí a vestirme. Al verme al espejo me veía como tal y cuando me puse los tacones de acrílico transparente junto con todo el conjunto es cuando sentí el clímax de la perversión, me veía lindísima, no lo podía creer lo que estaba haciendo y vino esa magia rara para ser seducida con facilidad. Me recuesta y me practicó sexo oral casi por una hora o más, no paraba y yo menos de venirme, solo veía los tacones al aire y eso en lo personal me excitaba de la nada, me veía como una prostituta entregándome a un desconocido y solo sentía que mis labios estaban muy mojados al igual que el ano a tal grado que sentía en las caderas como salía mi lubricante hacia ...
... esa zona, yo me contemplaba acariciándole el pelo al señor mientras se atascaba y a veces mis bubies. Recuerdo que la señora puso la radio y luego música de Mecano, Madonna y diversa música de ese tipo, parecía que estaba ella gozando de sus recuerdos porque se veía parte del cuarto hacia el resto de la habitación y ella contemplándome y viéndome detrás de las cortinas, que por cierto no había puertas, solo cortinas y un espejo tocador que solo veía como me poseía el señor y era imposible el no gemir de placer. En mis adentros sentía mucha vergüenza y pena hacia mi persona cuando me miraba de reojo al espejo, pensaba en mis padres en lo bajo que fui a caer y más en mi madre de haber tenido una hija fácil o como dirían muchos una vil puta. Me empezó esos pensamientos si eso lo traía en la sangre o era una simple calentura, el tema de la moral ni tocarlo, solo sentía la mirada de la Doña y solo alcanzaba a escucharla que me “chuleaba” mi vagina y mis bubies. Mi debilidad era esa cuando te hacen sexo oral y más cuando te chupan todo, el perineo, el ano quedando toda dilatada y la verdad es un descontrol difícil de explicar porque te acarician las piernas o zonas erógenas y más el estar presenciando todo eso pues explotas de placer, imposible negar que no te esté gustando. Me cambió de posición la clásica 69 y obvio le devolví el favor sin pensarlo, empecé a practicarle el oral, pero esta vez sentí aún más placer en ambos frentes y con la pena que empecé a mojar las ...