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Una Tarde para Recordar
Fecha: 29/10/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... encima. Paola me miró por un momento sorprendida pero luego comenzó lentamente a desvestirse. Como su uniforme de cheerleader es de una sola pieza, la chava quedó sólo momentos mas tarde luciendo una diminuta tanga roja con sostenes de encaje color granate que apenas sí podían contener sus abultados pechos. Paola comenzó entonces, con solo estas prendas puestas, a hacerme un baile bien erótico y yo la dejé continuar por algunos momentos. Mientras la observaba sentía mi sexo a punto de reventar del pantalón pero terminé diciéndole que debía limitarse a cumplir mis órdenes y que por el resto de la sesión la quería sin nada encima. Al parecer Paola entendió el mensaje porque acto seguido deslizaba su mano por el liguero y caían al piso tangas y sostenes. No me había equivocado, desnuda la muchacha era realmente una diosa, con un cuerpo para hacer sentir a cualquier chavo en los siete cielos. Para mi sorpresa Paola reanudó entonces su danza, haciéndola ahora super erótica y mas sexy que nunca. A todo esto me había dado un tremendo calor, y le ordené detenerse. Le dije, todavía desde el sillón, que la haría hacer algunos ejercicios para ver si estaba en forma, pero que primero fuera al refrigerador y trajera unas latas de cerveza helada. Me costó creer que no estaba soñando al ver a esta belleza de mujer avanzar desnuda hacia la cocina para volver con las budweiser. Le ordené entonces ponerse de espaldas, abrir bien las piernas e intentar tocar el suelo con las manos y sin ...
... doblar las rodillas. Paola era super flexible y al verla ya alcanzar el suelo con sus palmas la hice detenerse y permanecer en esa posición. Ya sin secretos, la chava tenia un culo colosal y me imaginé lo que sería penetrar salvajemente a esa diosa. Como soy medio degenerado me imaginé incluso mis propios huevos rebotando en medio de esas redondas y perfectas nalgas. Con todo, la mantuve haciendo toda clase de piruetas como por 15 minutos, incluso ordenándole revolcarse por toda la alfombra y frotar su sexo contra los almohadones de la sala. Al terminar la preciosa cheerleader estaba super traspirada porque hacía un calor de madre y no había encendido el aire. Le ordené entonces salir a mi patio trasero. Me preguntó si la yarda era privada porque el trato era entre nosotros y no incluía que la vieran los vecinos. Le contesté secamente que mi patio era al menos mas privado que el cuarto de ducha para los jardineros de su casa y que se apurara porque ya me estaba enfadando. De este modo, desnuda como estaba la hice salir al exterior a través de la puerta corrediza de la cocina, pero al llegar al jardín trasero Paola se quejó que con tanto ejercicio estaba con una tremenda sed y llena de calor y que le urgía un vaso de agua. Le contesté sonriendo mientras disfrutaba con el excitante olor de su piel toda traspirada que si tenía sed se agachara y tomara directamente de la manguera. Paola ya se acercaba a ella, tensando mientras se movía sus dos preciosas nalgitas cuando tuve la ...