1. Una noche cariñosa con las cariñosas (partes 1 y 2)


    Fecha: 03/01/2025, Categorías: Confesiones Autor: dontributos, Fuente: CuentoRelatos

    ... vamos”. Pero en realidad no estaba listo. Dora me había ordeñado hace rato.
    
    Pero el olor de su perfume, el ambiente cachondo del lobby, y el meneo de las nalgas de Senaida me le estaba devolviendo la sangre a mi verga. La vida a mi cuerpo. Al menos un 65%. Suficiente no para gozar del todo, pero para decirle a Toddz: “El Don se ha vuelto interracial”.
    
    En cuanto entramos al cuarto, la Senaida me ordenó “quítate toda la ropa”. Yo soy muy penoso, pero de alguna manera el Creador me estaba poniendo a prueba. Me estaba diciendo, “esto es lo que has querido toda tu vida, no perro!? Cogerte a una reina nubia. Este es el precio qué hay que pagar hijo mío”. Y en verguiza me encuere mientras ella también. Eso es lo que no me gusta de las cariñosas, la prisa.
    
    Más de cerca aprecie sus voluptuosas y moderadas nalgas. Tuve que besar una y otra. Toque su panocha con la yema de mis dedos delicadamente. Su culo me invitaba a darle un largo pero delicado beso. Deje un poco de saliva para refrescarlo.
    
    Me senté en el sillón y ella se puso de rodillas al igual que Dora.
    
    Al ver mi verga, Senaida con cara sorprendida me dijo, “tu bicho está lleno de brillitos”. La evidencia de que Dora había restregado sus tetas contra mi verga.
    
    “¿Cuándo fue la última vez que tuviste algo?”, y yo conteste “hace rato con Dora”. Y nomas me miró y se río. Y le dije “a ver si se me para”. Y me dijo “ja ahorita vas a ver!”.
    
    Y empezó a mamármela. A diferencia de Dora, Senaida me miraba a la cara ...
    ... con unos ojos sensuales, hipnóticos. Y también a diferencia de Dora se metía toda la verga en mi boca. Y cuando digo toda…es toda.
    
    Después me dijo, quieres que me siente en ti. Y yo, “siii”. Y no sé como estaba erecto, pero lo estaba. Me pone un condón en mi falo y después me monta de espaldas. Cuando se me sube, oooh Dios. Me perdí en el tiempo y en el espacio. De espaldas, Senaida gemía mientras subía y bajaba a sentones con mi falo dentro su caliente panocha. Se sentía como tener un cobertor eléctrico de seda caliente en el nivel máximo en mi verija.
    
    Y la morrita es muy flexible. Arqueo la espalda y su cara estaba con mi cara a pesar de ella estar de espalda. “¡No pare hijueputa!” me suplico. Con una mano le agarraba los pechos mientras la besaba en el cuello y con la otra lograba frotar su clítoris.
    
    No pude besarla del todo. Logre lamer sus labios. No me importaba. En ese momento no quería ser del todo cariñoso. Tenía ganas de poder ser lo más puerco y morboso que pudiera.
    
    “Me voy a venir” grito. Pero la mamada de Dora había desgastado un poco mi erección. Como dicen los comentaristas de fútbol “la tenías de pechito pero la dejaste ir”. Senaida se levantó, se puso de frente y me dijo: “te voy a enseñar mi squirt!”.
    
    Puso un pie en el sillón mostrando su dulce panochon casi en mi cara. Y se empezó a frotar. Yo con una mano completa le agarre el pecho y pellizcaba el pezón con una fuerza moderada. Lo suficiente para hacerla sentir rico. Mientras con la otra le ...