Con mi secretaría Lucía
Fecha: 08/01/2025,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Rosa Apasionada, Fuente: CuentoRelatos
Soy abogada civil y tengo una secretaría llamada Lucía, de 25 años, es simplemente hermosa.
Tiene el pelo lacio oscuro y a la altura de los hombros, piel blanca y un poco rosada, labios carnosos, nariz perfecta, ojos color miel.
Y su cuerpo es igualmente de hermoso.
Sus tetas son pequeñas de un talle 90, pero son firmes, y su culo es muy bonito grande y bien formado para chupárselo todo el día.
La puerta de mi despacho se abrió y entró la hermosa Lucía sosteniendo unos papeles.
Hoy estaba con un vestido negro que le quedaba ajustado al cuerpo y que me dejaba disfrutar de una bonita vista de sus muslos, ya que el vestido finalizaba a la terminación de sus nalgas.
-Buenos días, licenciada -me dijo con su dulce voz.
-Buenos días, Lucí -le respondí mientras le daba un beso en su mejilla.
-Aquí le dejo los papeles que me pidió.
-Muchas gracias, pero quiero que me llames por mi nombre.
-Bueno, Beatriz.
-Así me gusta- le sonreí.
-¿Se le ofrece algo más?
-Si, un café y trae uno para ti también.
-Vuelvo dentro de unos minutos.
Luego de unos minutos volvió sosteniendo los dos cafés.
-Aquí tienes- me dijo gentilmente.
-Gracias- le respondí mientras tomaba la taza y aproveche para tocar su mano suave.
Las dos le dimos un sorbo a nuestro café al mismo tiempo.
-Lucí- dije parándome y situándome frente a ella también se levantó y me miró fijamente a los ojos.
-Beatriz- susurró.
-Eres una muy buena secretaria y una gran mujer, ...
... de ahora en adelante quiero que seamos amigas -hice una pausa para continuar hablando- Y eres muy hermosa.
-Tú también eres hermosa Beatriz- me respondió mientras tomaba un mechón de mi pelo rubio y lo acariciaba.
Le respondí a sus caricias de la misma manera, puse mi mano en su mejilla y le acaricie su bonito rostro hasta que ella en un momento me beso la mano con suavidad.
-Esto tendría que haber sucedido hace mucho tiempo.
-¿Qué?- me preguntó.
Puse ambas de mis manos en su nuca y la bese con firmeza, decisión y dulzura a la vez.
Ella luego de unos segundos también me respondió mi beso mientras trataba de sacar su lengua y chupar mi labio.
Separe un poco mis labios así ella pudo liberar su lengua y saborearme todo lo que ella quería.
Baje mis manos a la altura de ambas de sus nalgas y se las apreté con mucha fuerza, tener ese culo por fin entre mis manos fue algo que me volvió loca de deseo.
Deje de besarla por unos segundos y ella se acostó en el escritorio.
Le subí el vestido a la altura del abdomen, ahí fue cuando descubrí que la puta no llevaba tanga puesta.
Tenía una vagina de lo más hermosa, blanca y rosada que ya me la estaba imaginando moviéndose rico contra la mía.
Me lleve tres de mis dedos a mi boca, los llene de mi saliva y se los metí bien profundos en la vagina.
Cuando los dedos estuvieron bien adentro empecé a hacer movimientos violentos y circulares que la hacían temblar de placer.
Mientras yo la masturbaba con mis ...