Samantha: Corrupción y perversión de una casada (lll) (2/2)
Fecha: 22/01/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: JCerva, Fuente: CuentoRelatos
... que tipos de ejercicios necesitaba hacer para que las tuviera tonificadas. Y ella al ser aun una ingenua puberta lo aceptaba. Tampoco es que su maestro alguna vez se hubiera sobrepasado con sus tocamientos en sus piernas, pero lo que en aquella época le parecía algo ingenuo, ahora no lo veía así. Y mucho menos ahora que estaba casada.
Samantha permanecía en esos pensamientos de su época en la secundaria, mientras que el mantecoso director no le quitaba la mirada de encima a su pecaminoso cuerpo. Ahora que la mujer se encontraba mirando hacia otro lado, el degenerado sujeto tenía acceso a verla sin ningún problema, pero sin duda lo que más le llamaba su atención eran esas colosales chichotas que en sus pensamientos aceptaba que apenas con sus 2 manos podría agarrar una de ellas.
-“Pinche cabrona, te pusiste mas buena con los años. Mira esas chichotas que te cargas. Le quitas el hambre a medio país, me cae de a madres jejeje”- pensaba maliciosamente el viejo
Los segundos en silencio comenzaron a hacerse eternos para la casada quien sentía como la palma de esa mano comenzaba a emanar sudor que se filtraba entre sus finas medias de seda, haciéndola sentir cierto asco y replantearse que ya era hora de marcharse. Mientras que para el viejo esos segundos le parecían la gloria al tener tan esplendida visión. Pero como si pudiera leerle la mente a Samantha, el viejo rápidamente salió de sus fantasías y continuo con su charla.
-Me da gusto el saber que sigues haciendo ...
... ejercicio, muchacha. Se nota que te enseñe bien jejeje- notando como su mano ya estaba completamente empapada en sudor, decidió quitarla de la rodilla de la mujer, mientras le daba sus felicitaciones como si en verdad tuviera la calidad moral mientras frotaba su mano sudada en su panza para secarla.
-Gracias maestro. Pues de vez en cuando hago ejercicio, aunque últimamente si me ando descuidando un muchito jijiji- la mujer tomando una muy pequeña lonja que se le marcaba en su vestido ahora que estaba sentada, le respondía.
-No digas eso, tu estas perfecta. Es más, perdón por el atrevimiento, pero estas bien buena jejeje- volviendo a poner su mano en su rodilla, pero ahora levemente más arriba, se atrevía a decirle tremenda guarrada. Apelaba a que la amistad que habían tenido antes le sirviera para que no se lo tomara a mal. Aunque con la tremenda calentura que estaba sintiendo y con la erección de su verga en sus pantalones ya no le importaba mucho si la mujer le volteaba la cara de una cachetada y se iba de ahí. Total, no sería ni la primera ni la última mujer que se lo hiciera.
Pero para su sorpresa la mujer permaneció estoica a su lado. Aunque en su rostro podía ver cierto asombro ya que tenía los ojos como platos y su boca abierta.
Por su parte la mujer no esperaba ese vulgar halago por parte de su ex mentor. Aunque esa frase ya era parte del extenso y variado catálogo de piropos que recibía últimamente cuando salía a la calle, no les tomaba importancia mas allá de ...