Tritón
Fecha: 24/01/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: KarolS, Fuente: CuentoRelatos
Hola mi nombre es Carolina, tengo 21 años, soy latina y vivo actualmente en los Estados Unidos.
La historia que contaré hoy es una historia real sólo que cambiaré los nombres de los personajes.
Es mi historia, la actual.
Hace algunos meses me mudé de Estado, así que soy nueva en esta ciudad. Conseguí un trabajo y al llegar a este, estaba seria, y un poco tímida, aunque algunas personas intentaban darme conversación yo casi no hablaba con nadie. Hasta que lo vi... parecía un monumento tallado por los mismos dioses, sin exagerar. Wow!! Que hombre!! Justo como me lo recetó el doctor... jaja. Lo vi no sé por cuánto tiempo hasta que reaccioné ya tenía hecha agua la boca y algo más.
No creo que el haya notado mi presencia en ese momento, más bien yo creo que hice el ridículo debí haberme visto bien tonta mirándolo de esa manera.
Durante los próximos meses cruzamos solo miradas muy intensas, diría yo que demasiado intensas y algunas palabras, pero yo sabía que le gustaba, aunque a veces me confundía porque no sabía si en realidad le gustaba por que casi no hablaba conmigo.
Decidí investigarlo y supe que tenía mujer, cabe destacar que él tiene 23 y ella le dobla la edad, es demasiado celosa, le hace escándalo donde sea, en el trabajo y fuera de él, en la casa y en la calle, lo engaña con otros hombres pero lo vigila para que él no haga lo mismo, revisa su celular y lo controla casi al cien por cien y además tiene varios amigos ahí en el trabajo que vigilan los ...
... movimientos de él y luego se lo informan, ella trabajaba ahí pero la despidieron por escandalosa y problemática, Si! Hice bien mi trabajo de investigadora, debería dedicarme a eso, bueno en fin.
Después de haber hecho una exhausta investigación sobre él me di cuenta porqué era que casi no me hablaba, para no ser acosado por sus vigías o su mujer... qué asco! Tener un hombre y vigilarlo así prefiero mejor no tener nada! a mi me asfixia, pero bueno, cada loco con su locura.
Como decía pasaron meses de muchas miradas y pocas palabras, algunas atrevidas.
Como en todo centro laboral hubo chismes y eso nos hizo frenarnos un poco.
Pero los deseos que nos teníamos eran más fuertes que eso y cada vez que nos mirábamos era mucho más intenso.
Yo casi me doy por vencida lo admito, pero aún tenía esperanzas. Así que sólo trabajé durante días y esperé pacientemente. Hasta que un día normal como otros me desperté he hice las mismas actividades que siempre hacía, ducharme y arreglarme bien bonita y coqueta para sentirme bien conmigo misma y además para atraer las miradas de los demás también, ya que me encanta gustarle a todos pero yo sólo tengo ojos para uno. Esa mañana cuando llegué al trabajo me dirigía hacia donde siempre nos reuníamos mis compañeros y yo para repartirnos el trabajo y me lo tropecé a él en el camino, pasé a su lado y me dijo:
-Qué voy a hacer con las ganas que tengo de singar contigo?
Esas fueron las palabras más fuertes que él me había dicho, me tomó por ...