Con el padre de mi mejor amiga
Fecha: 25/01/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Rosa Apasionada, Fuente: CuentoRelatos
... hielo hizo algo totalmente sorprendente y que nunca lo había experimentado antes.
Volvió a tomar otro hielo, pero esta vez no hizo movimientos con él, solo lo colocó en el centro de mi clítoris y lo empezó a mover muy suavemente, los movimientos ni se notaban, pero si se sentían, me fue abriendo la vagina y cuando el hielo se hizo chiquito me lo metió en la concha con un solo movimiento de su mano.
Mi gemido fue de sorpresa y excitación.
-¿Estás bien?
-Sí, estoy muy bien, quiero que lo repitas devuelta.
-¿Con cuántos?
-Con dos.
Hizo lo que me pidió y dos hielos seguidos entraron en mi vagina sin dificultad y quedé satisfecha con eso, ya que me causaba la sensación de un pene, pero con otra temperatura.
Pensé que Rafael me iba a chupar la vagina, pero en cambio de eso hizo algo mucho mejor.
Se quitó su remera, su jean y su bóxer.
Se subió encima de mí y con una sola embestida me penetró por completo haciendo que el calor invada mi concha otra vez y mientras él hacia los movimientos que tanto me gustaban en el sexo yo le acariciaba la espalda.
Nuestros gemidos se mezclaron, nos fundimos en un solo ser, nos olvidamos del mundo por unos cuantos minutos mientras las olas de calor en mi vagina esta vez eran continuas y deliciosas por la penetración de Rafael.
Rafael dejó de penetrarme la vagina para ponerme en ...
... cuatro, pero cuando estaba posicionando su miembro en la entrada de mi trasero se detuvo.
-¿Qué pasa?
-Quiero disfrutar de tu rico culo como si fuese un postre -fue la única explicación que me dio, extendió su brazo hasta un mueble que había al costado de la cama y de uno de esos cajones saco un spray de crema.
Le quitó la tapa y mis nalgas y el agujero de mi culo fueron llenados con una crema bastante cremosa, luego Rafael hundió su hermoso rostro entre mis cachetes del culo y chupó mi agujero hasta que no quedó nada de crema.
Con el mismo frenesí y rapidez que me chupó el agujero también me chupó bien rico mis dos nalgas mientras las apretaba fuertemente.
-Ahora si le voy a dar a mi caliente puta lo que se merece -me susurró en el oído al mismo tiempo que me dio la embestida que tanto quería.
-Ay papi, más fuerte -grité yo.
Él me obedeció y agarró ambos de mis senos, esta vez sus dedos se sintieron muy cálidos en mis pezones y me los tocaba mientras aumentaba sus embestidas.
Después de unos deliciosos minutos de penetración nos corrimos los dos al mismo tiempo y terminamos acostados abrazándonos.
-Esta noche quedate conmigo -me dijo mientras me acariciaba el cabello.
-Si -le respondí mientras lo besaba, en la boca le había quedado un poco de crema y pude probar el sabor de mi culo mezclado con lo que él me puso.