De cómo me acosté con la jefa de mi mujer
Fecha: 02/02/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Raskolnikov, Fuente: CuentoRelatos
... puedas paras que tengo que hacer pipí.
Así lo hice y tuve que recorrer 200 o 300 metros hasta que vi un lugar apropiado bien arropado de árboles a ambos lados. Se bajó dejó la puerta abierta y ahí junto al coche hizo sus necesidades.
Se montó de nuevo y me dijo: tu también estas muy bien, te sientan bien esos pantalones apretados. Y me pasó la mano por el pelo.
Acerqué mi boca a su boca y nos fundimos en un beso casi interminable, comenzamos a comernos como si no hubiera mañana y susurrándome al oído me dijo: vamos a la parte de atrás.
Comencé a besarla con más fuerza, chocando a veces nuestros dientes y mientras tanto iba acariciando el interior de sus muslos por debajo del vestido negro que llevaba puesto. De los muslos subí más arriba y con cuidado metí mi mano debajo de sus pantys negros y el tanga también negro de encajes.
Me sorprendió lo mojada que estaba como si se hubiera corrido y no era más que la intensa lubricación con la que ya estaba. Como dos locos nos desnudamos y a pesar del frio de diciembre estábamos ardiendo en nuestras propias brasas.
Comencé a comerle y succionarle esos pechos que me tenían loco y con mi mano derecha jugaba con su clítoris. Eva gemía y me mordía el cuello suavemente bajé hasta su ombligo y de ahí a su coño. Tenía un sabor algo salado pero riquísimo. Estuve comiéndole el coño un buen rato mientras que con mis dedos introducidos en su interior comencé a jugar ...
... con la parte anterior rugosa de su vagina. Aquello terminó de encenderla aún más, comenzó a gemir mucho más fuerte y a mover sus caderas hasta que se corrió en mi boca. Me abrazó y me dijo: ¿tienes condones? No, respondí.
Se inclinó, cogió su bolso y sacó un pequeño frasco. Lo abrió, se untó los dedos y se aplicó una buena cantidad en la enteada de su ano, incluso se untó algo más en dos de sus dedos y los introdujo en el culo. Cogió un poco más y me lo puso en la verga. Se subió encima mía a horcajadas, frente a mi, se colocó la punta de mi verga en la entrada de su culo y con un suave movimiento comenzó a introducírsela poco a poco mientras me decía: no podemos arriesgarnos a quedarme embarazada, estoy en los días mas fértiles.
Casi sin resistencia mi verga entró entera en su culo, comenzó suavemente a subir y bajar nuevamente, al principio muy despacio, después incrementando el ritmo y a medida que lo hacía se comenzó a acariciar el clítoris. Yo ya estaba a punto de estallar y ella comenzó una cabalgada impresionante, echó su cabeza hacia atrás, apretó el esfínter de su culo y soltó un grito impresionante cuando sintió mi leche caliente invadir todo su interior.
Nos abrazamos empapados en sudor, nos dimos un beso sin fin y comenzamos a limpiarnos.
Al dejarla en la puerta de su chalé me dijo: nos hemos vengado de la mejor manera. ¿Como? Dije yo.
Y Eva me dijo, "mi marido se está follando a tu mujer".