La rebelión de mi madre (VII): Mi bóxer blanco húmedo
Fecha: 03/02/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: hectornieto, Fuente: CuentoRelatos
... que está lleno. Busco por todos lados con un trago en la mano, consumición obligatoria y cara para entrar al lugar.
No está en las mesas, no está en las barras, voy a la pista de baile, hay mucha gente, hay poca luz.
Allí por fín veo a mi madre bailando con sus amigas, ella está con una mini como nunca vistió.
Una minifalda blanca con una remerita beige y un cinto negro que le da figura a su cintura.
Su remera beige es escotada, pronunciada, se puede ver el encaje de su sostén que se esfuerza por sostener sus dos pechos maduros.
Su mini se ajusta a sus piernas, en su bailar se va subiendo peligrosamente, hasta que queda al borde de sus nalgas.
Tiene un trago en la mano, y parece que ya ha tomado varios, está algo despeinada, hay algo de sudor brillando en sus pechos y hombros.
Solo la veo bailar, no hace mucho más, creo que exageré al ir hasta el lugar. Hace tanto calor que me pido otro trago más fresco.
Luego de ese, me pido un whisky doble para despedir la noche y dejar a mi madre en paz. Después de todo ya tiene edad para decidir que quiere hacer de su noche.
Cuando me estoy por ir, me choco con ella a la salida.
"¿qué haces acá vos?" me pregunta extrañada.
"¿qué haces acá vos?" le retruco "acá vengo yo siempre"
Se ríe mi madre y sus amigas llegan a su encuentro, nos reímos todos por la casualidad.
Sus amigas dicen: "menos mal que viniste, sino tu madre hacía un desastre ahí adentro"
Mi madre se ríe a carcajadas y me pregunta ...
... ya que estaba ahí si la llevaba a su casa.
La llevo entonces.
En el auto sus piernas se ven más apetecibles, su mini se sube en esa posición mostrando con descuido su ropa interior.
Al llegar a casa me pregunta si me quiero quedar, para no tener que volver a esa hora a mi departamento.
Le digo que sí.
Dentro de la casa se saca los tacos y comienza a caminar hacia su cuarto, mientras me indica que en mi cuarto no había puesto sábanas, las había puesto a lavar.
Me pregunta si no me molesta dormir en la cama con ella.
Trago saliva, y no sé qué decir, pero termino diciendo que dormiré en mi cama aún sin sábanas.
En mi cuarto de niño, me desvisto, me quedo en boxers, casualmente unos blancos.
Paso al baño a lavarme los dientes, y el agua de la pileta se abre con mucho más presión que en mi departamento.
Me empapa el abdomen y la blanca ropa interior.
Intento secarme infructuosamente.
Dormiría sin ropa interior entonces, cuando estoy acostándome escucho que mi madre me llama.
Me llama con una insistencia que me es preciso acudir pronto, así que voy con mi bóxer blanco mojado que intenta tapar mi desnudez.
Al llegar al cuadro de mi madre me encuentro a mi madre solo con la ropa interior, una diminuta bombacha tanga de encaje rosa, su corpiño de encaje a tono y su remera beige atorada en su cabeza.
Su mini estaba ya en el suelo junto a sus tacos y el cinturón negro.
La remera beige se le había enganchado en uno de sus aros y no podía ...