Los abuelitos del parque
Fecha: 03/02/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: monimomoka, Fuente: RelatosEróticos
Esta historia me paso hace año y medio más o menos (algunas cosas han sido cambiadas o exageradas). Os recordare como soy, mi nombre es Mónica, vivo en España, Mido 165 cm y peso 52 kg, por aquel entonces tenía el pelo naranja teñido, liso con flequillo y me llegaba un poco por debajo de los hombros. Al no ser muy alta y bastante delgada mi pecho resalta bastante más en mi cuerpo, llevo una 110c de sujetador (la rara vez que uso uno) las cuales gracias a dios aún se mantienen tiesas en mi cuerpecito. De espaldas también suelo gustar bastante dado que tengo un buen culo duro y redondo curtido en 6 años de voleibol, el cual aún practico a día de hoy. Mi cara es perfilada y afilada con los labios carnosos y las pestañas largas.
Ya era por la tarde, la gente estaba llegando a casa de trabajar y yo acababa de salir de voleibol. Ese día Sali con prisa de casa y no me di cuenta de que no había puesto un recambio de ropa en mi mochila, así que al salir de ducharme guarde el sujetador deportivo y las bragas los cuales estaban empapados en sudor en la mochila, salí del vestuario con una camisa blanca de voleibol que me quedaba dos tallas pequeña por lo tanto se me subía por la parte de mis tetas dejando mi ombligo al aire junto a un pantalón de chándal muy cortito que deja parte mis nalgas por fuera, sin nada debajo. Sí que es verdad que en general me gusta provocar pero ese día pensé que era un poquito demasiado, pensé que bueno, la mayor parte del camino era un trayecto en bus ...
... hasta mi casa así que me lo podía permitir.
Me puse a caminar unos minutos por la calle vacía, disfrutando la brisa fría contra mi cara la cual me endureció los pezones debajo de la camisa, si hubiera habido alguien más en la calle habría tenido un gran espectáculo de mis tetas botando dentro de mi camisa con los pezones erizados. Este pequeño placer se cortó cuando paso por mi lado el bus que tenía que coger, me quede con cara de tonta mirando como se iba y mentalizándome para esperar una hora y media más, en mi defensa diré que el bus había llegado antes de lo que solía llegar normalmente. Llegue a la parada y efectivamente, aún quedaba una hora y pico así que en vez de estar ahí de pie esperando camine un poco más hasta una plaza llena de matorrales y arboles bien escondida de la calle. Al entrar en la plaza estaba desierta excepto por dos personas en la zona de los bancos y un quiosquero que ya estaba cerrando su quiosco para irse, se me quedo mirando las tetas de una forma un tanto descarada, la cual para que engañarnos me gusto así que le sonreí cosa que creo que ignoró o no se percató embobado con mis tetas. Seguí caminando hasta los bancos sacando los cascos de mi mochila y colocándome uno en cada oreja dispuesta a esperar un rato hasta que llegara el bus. Habían dos bancos, uno en el que estaban dos viejitos tiernos sentados hablando de sus cosas y otro en frente de ellos a dos metros así que para no molestarles me senté en el que tenían en frente. Ellos hablaban ...