Masturbándome en la oficina, la mejor corrida de mi vida
Fecha: 17/02/2025,
Categorías:
Masturbación
Autor: conival, Fuente: CuentoRelatos
Partiré diciendo que llevo siglos sin tener sexo, últimamente ando más ganosa que nunca, pero no tengo tiempo de salir y conocer a alguien para pasar la noche. El trabajo me consume mucho tiempo y llego a casa prácticamente sólo a dormir, últimamente también a masturbarme hasta el cansancio antes de dormir.
La necesidad y el llamado de naturaleza es tal que en mis días fértiles me pongo excesivamente sensible y hasta el roce de la ropa interior me hace mojarme.
Hace unos días atrás andaba así de ganosa y húmeda, sentada en mi oficina me acomodé discretamente para presionar la costura del pantalón contra mi clítoris, la sensación fue increíble, y aún más con el morbo de estar con más personas alrededor. Así estuve toda la jornada mientras trataba de concentrarme en trabajar. Las horas pasaron y mis compañeros comenzaron a irse, por lo general soy la que se va de último, así que siempre me quedo sola algunas horas antes de irme a casa.
El asunto es que no podía dejar de pensar en los caliente que me sentía, me estuve aguantando por horas las ganas, haber sentido mi braguita permanentemente húmeda todo el día a esas alturas ya me tenía loca, así que me fui a dar una vuelta para verificar que no hubiera nadie, aseguré puertas y me devolví corriendo a la oficina con la idea de sacarme las ganas.
Me senté y comencé a frotarme en la silla, suavemente al principio, subiendo de a poco la intensidad, estaba realmente caliente, me mojé tanto que hasta se me humedecieron ...
... los pantalones, necesitaba más, así que me abrí el pantalón y metí mi mano, riquísimo, toda mi entrepierna estaba muy sensible y muy mojada, lamer mis dedos fue una delicia, mi clítoris sensible e hinchado pedía por más, me metí unos dedos dentro pero no era suficiente, quería más con desesperación, busqué entre las cosas de mi escritorio algo para meterme dentro y lo primero que vi fue el pegamento en barra, era de los grandes, ni quiera lo pensé, metí mi mano sin bajarme la ropa y me lo introduje dentro, que sensación más rica, cuando lo metí todo me volví a sentar y comencé a dar pequeños saltitos en la silla, cada vez que caía me lo hundía dentro hasta el fondo, y cuando subía lo empujaba para que saliera, pero mi ropa interior evitaba que se saliera del todo, así estuve un buen rato, salta que salta en la silla, mojándome más y más, tanto que podía escuchar el chapoteo cada vez que me lo hundía dentro.
La silla de mi escritorio comenzó a incomodarme después de un rato, así que me puse de pie con el pegamento en barra metido dentro para buscar otra locación para seguir con mi cochinada, se sentía rico caminar con él dentro, mientras me tironeaba los pantalones hacía arriba hasta metérmelos por toda la extensión de mi ranura, desde mis nalgas hasta mi chochita, iba partida en dos, pasé por el baño para mirarme en el espejo, me calenté aún más, verme así, toda necesitada por sexo, viéndome el pantalón metido bien duro, la costura haciendo magia en mi botoncito de la ...