Sexo anal con un hombre de gran culo
Fecha: 20/02/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Assazzin1080, Fuente: CuentoRelatos
Esta es una historia real, así que seguramente no sea muy larga. Hace unos años, un tipo llamado Benjamín fue a mi casa. Él era alto, de cabello castaño y de un culo magnífico. Si fuera mujer y se dedicara al porno, sería una de las actrices más culonas de la industria. Habíamos tenido sexo muchas veces en el pasado, pero la última vez antes de esta historia había sido tres años antes, aproximadamente. Esa noche, él fue a visitarme, y me preguntó si podía dormir en mi cuarto conmigo. Le dije que sí, y cuando nos acostamos empezamos a ver videos en YouTube.
Habían pasado alrededor de treinta minutos, cuando ya no pude contenerme. Desde que nos acostamos, yo era presa de una fuerte excitación, y aunque traté de suprimir las ganas, no pude hacerlo. Así que, en un determinado momento, como él estaba de espaldas a mí, mostrándome su enorme culo, comencé a puntearlo. Primero fue suavemente, con mi pene presionando mi ropa interior, hasta que lo saqué de su jaula y empecé a presionarlo contra él.
Su gran trasero se amoldaba perfectamente a mi verga, y el bóxer la arropaba mejor contra su ano. Empecé a puntearlo más potentemente, hasta que se volteó, nos besamos y él empezó a chupar mi verga. Me bajó la ropa interior, me masturbó un poco, y de una manera increíble, comenzó a darme una gran mamada. Estuvo bastante rato chupando, yo sintiendo un placer increíble cuando mi pene llegaba a lo más profundo de su garganta y su lengua hacía varios movimientos. Estuvo así un rato, ...
... hasta que paró y se volteó. Yo le bajé la ropa interior hasta las rodillas, y él agarró mi pene ensalivado, me masturbó un poco y lo dirigió hacia su ano.
Cuando lo iba a meter, sentía una gran sensibilidad, y cuando entró un poco, sentí una estocada de placer. Empecé a metérselo despacio, metiéndolo y sacándolo. Él gemía suavemente, por lo que supuse que le gustaba, así que decidí aumentar la velocidad. Empecé a darle más duro debajo de las sábanas, y él gemía más. Estuve así unos minutos, hasta que él pidió chupármelo de vuelta.
Se lo saqué del culo, y empezó a chuparlo como si fuera el último pene del mundo. Lo hacía con ansias, con deseo. A cada momento se lo metía hasta el fondo de la garganta, y se lo dejaba ahí hasta que perdía el aire. Luego lo hizo de forma rápida durante un momento, hasta que le agarré la cabeza y empecé a follarle la boca. Cuando terminó se puso en cuatro, y abrió sus nalgas. "Entra y vente dentro", me dijo, y me preparé.
Tenía delante un culo enorme, abierto para que yo lo disfrutara. Me puse frente a él, y lentamente introduje mi miembro en sus profundidades anales. Lo agarré y pronto empecé a follarlo con ganas, bastante rápido. Él gemía, y yo sentía un placer increíble.
A medida que la penetración continuaba, yo iba sintiéndome más y más excitado. Lo recosté, y empecé a metérselo de costado. Le daba duro, hasta que empecé a sentir que ya no podía aguantar más. De pronto, sentí que había un estallido en mi amiguito y, entrándolo hasta el ...